Con tantas prisas no me había dado tiempo a ver a Jorge. ¡Era tan guapo

-Bueno, ya le veré en el recreo... -pensé
Tocó el timbre y mi profesora de música entró por la puerta, siempre puntual. Me dijo que me acercara a su mesa y me pidió que si podía llevar unos papeles a su clase, es decir, a la clase de Jorge. Yo asentí.
Caminaba despacio por el pasillo, pues estaba muy nerviosa. Llamé a la puerta, di los buenos días y entré en clase. Allí, sentado en la primera fila estaba él, con sus enormes ojos marrones, con los que me miraba fijamente. Le di los papeles al profesor que estaba en la clase y fui de nuevo hacia la puerta. Tenía la mano en el manillar cuando Jorge se acercó a mi y ...
-¡Apaga ya la luz que es muy tarde!- dijo mi madre al otro lado de la casa.
-De acuerdo...Seguiré leyendo mañana, es que el libro está tan interesante...-contesté yo mientras me metía en la cama.
Muy bueno el relato.El final es inesperado y dan ganas de seguir leyendo. Enhorabuena.
ResponderEliminarMuy bueno el relato.Dan ganas de seguir leyendo después de ese final inesperado.Enhorabuena
ResponderEliminarOs recomiendo
ResponderEliminarpilarecio.blogspot.com
Irene la conoce y se me ocurre que le pidais ilustraciones para vuestros maravillosos cuentos.
No se... es una idea.
es buenisimo me encanta
ResponderEliminares buenisimo
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