Esa noche era fría y muy oscura, pero Lucía tenía que sacar a pasear a Dora, su perra.Ella vivía cerca de un bosque, y ese día, como todos los demás, fueron por allí de paseo. A Dora le encantaba meterse en las pequeñas cuevas que había por el bosque. Ese día, Dora se metió en una cueva y, al ver que no salía, Lucía entró para buscarla.Allí había algo muy extraño de color violeta, era una especie de amuleto. Lucía cogió el amuleto y, a sus pies se abrió un agujero.Se deslizaron por un tobogán durante mucho tiempo, hasta que cayeron al agua.Las dos salieron a la superficie para coger aire y se volvieron a meter al agua.Abajo del todo vieron un submarino amarillo y entraron por una escotilla medio rota. Cuando entraron las dos en el submarino, comenzaron a andar por un pasillo blanco, largo y con tantas luces y tan fuertes que hacían daño a la vista. En el suelo había una pequeña piedra, y Lucía tropezó y para no caerse se apoyó en un botón.Entonces, en ese mismo momento, empezaron a sonar los motores. Cuando se pararon, una escotilla se abrió y, Lucía y Dora salieron. Estaban en una isla desierta. El submarino se volvió a sumergir y se fue.¡Se hacían tantas preguntas!¿Dónde estaban?¿Quién les había llevado allí?¿Cómo sobrevivirían?¿Volverían algún día a su casa?Y si volvían, ¿cuándo sería?
Que guay...
ResponderEliminarcomo mola
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