¿CREES QUE VOLVEREMOS?
Sólo habían pasado un par de días, pero a Lucía y a Dora les parecían eternos. La isla era bastante pequeña, aunque era lo suficiente como para encontrar diferentes alimentos:moras, algunas fresas y paquetes de galletas. A ellas también les pareció extraño encontrar paquetes de galletas pero no se lo pensaron dos veces y se las comieron. Como estaba anocheciendo, se fueron a la playa, donde habían dormido esas dos noches. Lucía solo podía pensar en que estarían haciendo sus padres. A la mañana siguiente, nada mas que amaneció, se fueron a explorar la isla porque la verdad, es que no les
parecía normal encontar un paquete de galletas. Todos los días habían ido por el oeste, pero esta vez decidieron ir por el este. Cuando llegaron a un pequeño claro, allí había una caja que no estaba enterrada. Cuando Dora la vio, comenzó a ladrar e intentó enterrarla.Pero Lucía la riño:"¿No te das cuenta de que esa puede ser la única forma que tenemos de volver a casa?" La caja estaba cerrada pero no les fue difícil abrirla. Dentro había un teléfono. No había cobertura pero tenía batería. Solo debían encontrar un lugar en la isla donde hubiera cobertura. Cuando llegaron a un punto donde había cobertura intentaron llamar pero Lucia no se sabia el teléfono de nadie, pero pensó que a lo mejor había algún numero metido en la agenda. Y si, había un numero y llamaron. Tardaron mucho en cogerlo y, cuando lo cogieron se cortó. Ellas fueron a la playa y volvió a anochecer. Aun no había amanecido cuando escucharon un terrible ruido de motores. Entre el agua salio un increíble submarino, esta vez, verde. Se abrieron las compuertas como si de un ovni se tratara. De allí salio una mujer alta y delgada, vestida con una americana negra y un pantalón marrón.
parecía normal encontar un paquete de galletas. Todos los días habían ido por el oeste, pero esta vez decidieron ir por el este. Cuando llegaron a un pequeño claro, allí había una caja que no estaba enterrada. Cuando Dora la vio, comenzó a ladrar e intentó enterrarla.Pero Lucía la riño:"¿No te das cuenta de que esa puede ser la única forma que tenemos de volver a casa?" La caja estaba cerrada pero no les fue difícil abrirla. Dentro había un teléfono. No había cobertura pero tenía batería. Solo debían encontrar un lugar en la isla donde hubiera cobertura. Cuando llegaron a un punto donde había cobertura intentaron llamar pero Lucia no se sabia el teléfono de nadie, pero pensó que a lo mejor había algún numero metido en la agenda. Y si, había un numero y llamaron. Tardaron mucho en cogerlo y, cuando lo cogieron se cortó. Ellas fueron a la playa y volvió a anochecer. Aun no había amanecido cuando escucharon un terrible ruido de motores. Entre el agua salio un increíble submarino, esta vez, verde. Se abrieron las compuertas como si de un ovni se tratara. De allí salio una mujer alta y delgada, vestida con una americana negra y un pantalón marrón.
-Hola, me llamo Layla, pero podéis llamarme Lala.
-Yo me llamo Lucia y esta es mi perra Dora.
-Queréis volver a casa, ¿no es así?
-Si, por favor llevenos a casa.
-Yo os llevare a casa a cambio de una cosa.
-¿De que?
-De que no le contéis a nadie lo que habéis visto.
-Señora, nosotras no hemos visto nada.
-Yo he venido aquí por el móvil que vosotras encontrasteis, y eso ya es algo.
-Señora, no le contaremos a nadie ni lo del móvil ni nada, pero por favor, llevenos a casa.
-Bien, meteos en el submarino.
Entonces, Lucia cogió a Dora en brazos y se metieron al submarino y se sentaron en unos sillones que había allí. Ahora si que se hacían preguntas.¿Quien era Layla?¿Que se suponía que no debían contar a nadie?¿De quien era ese móvil que las había salvado?¿Para que servía realmente?
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