
Cuando Ana y los niños llegaron al bosque, había pocas llamas, así que fueron a la charca y cogieron agua.
Cuando volvieron las llamas se habian extendido demasiado, por lo que decidieron llamar a Jorge, el bombero.
Jorge fue rápidamente con su manguera, pero no pudo apagar el fuego, que se extendió y quemó todo el bosque.
Los niños decidieron ir a Salamanca a pedir ayuda. Allí les dijeron que investigarían y que plantarían árboles en el lugar de los quemados.
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