
Había una vez un paseante,
que también era un pensante,
que comía guisantes,
para ser mejor que antes.
Paseaba y pensaba
y la solución no encontraba,
estaba cansado,
pero de pensar,

no habia terminado.
Tras días y días
comía y no dormía
y ya, no iba a ver a su tía.
María su tía
su tía María
no importa como lo diga.
Pensaba y no paraba

comía y no dormía
¿por qué no visitaba a su tía?
El paseante pensante
terminó agotado
¡estaba colorado!
Un día, al médico fue a ver
y le dijo:"¡recéteme usted!",
pero este le contestó:
"¡No,no y no!"

Y así acabó el paseante
cansado y mareado
y yo acabo este poema
con muchos abrazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario