Clara y Alejandro estaban cogiendo algunas bolsas de aperitivos y patatas. Mientras, Elisa preparaba su habitación para la velada de esa noche. Era casi una tradición: los padres de los chicos libraban y se iban a cenar todos los jueves. Clara, la mayor, tenía que cuidar de los mellizos, dos años mas pequeños que ella. En vez de ver una peli o pedir una pizza, se reunían en una habitación, hablaban de sus cosas, y veían la pelicula y pedían la pizza desde allí. Dormían los tres juntos y cuando se levantaban, volvían a su vida normal. "Es bueno que un día a la semana dejemos de pelearnos y nos reunamos juntos como si fueramos amigos." Decía siempre Elisa.
Sus reuniones, como las llamaban ellos, permanecían en secreto. Habían hecho unas normas el primer día que se reunieron.
"Regla Nº1 Quien diga algo sobre estas reuniones SECRETAS, se le corta un dedo. (No, es broma, pero no se puede decir)"
Esa noche, a las nueve, su padres se fueron a la inauguración de Marísquería El pueblo Donde va el famoseo, como decían los anuncios de la televisión. En cuanto se fueron, Alejandro y Clara fueron a la habitación de Elisa. Ella había puesto una manta de cuadros de colores en el centro de la habitación. Encima de la manta había colocado unos cuencos y en el centro, una vela que iluminaba toda a habitación.
-Ten cuidado con la vela-Advirtió Clara.-no se vaya a caer y la liemos.
-Ten cuidado con la vela-Advirtió Clara.-no se vaya a caer y la liemos.
-Tranquila, la apago y voy a buscar unas linternas.
Con la vela apagada y las linternas en las manos, empezó la reunión.
-Doy por inaugurada-Dijo Elisa, solemnemente.-la noche de los jueves.¿Quién quiere empezar?
-Yo.-Dijo Clara, levantando la mano.- Alejandro, ¿sigues con Lara?
-¡Oye, que tienes que contar tus problemas, no sacar los míos!-Protestó Alejandro.
-Da igual, puede contar lo que quiera, lo pone en la Regla Nº5.-Contestó Elisa, señalando con una mano una cartulina que sosotenía con la otra.-¡Contesta!
-Vale, bueno... No, no sigo con Lara, ¿contentas?
-¿¡Qué!?-Exclamaron las dos, aunque ninguna de las dos lo sentía por Lara. Ellas creían que su hermano había hecho lo mejor. Lara era muy prepotente, capaz de pisar a cualquiera por conseguir cualquier cosa. Un rumor que había por el Instituo era que había vendido a su hámster para comprarse un vestido rosa (el único color que había en su armario).-¡Pero si llevais un montón de tiempo juntos!-"Por desgracia".
-Pues por eso mismo, porque ya no nos gustamos. Seguimos siendo amigos, no os preocupeis.-"Qué bien, qué alegría que seguís siendo amigos"
-Pues vaya-Contestó Elisa, cruzándose de brazos y mirando hacia el suelo.
-No estés triste, Elisa-Le consoló Clara, poniéndole un brazo sobre sus hombros y mirándola de forma que le dijo: "Alégrate, que que tu hermano deje a Lara no pasa todos los días".
-No estoy triste por ellos, pero esque el ya ha tenido novia, tú lo tienes ahora...-Se dio cuenta de su error y se tapó la boca.
-¡Calla!
-Lo siento.
-¡Tienes novio! Lo sabía. Le vas a romper el corazón al pobre Roberto.-Él sabía que también había metido la pata y se tapó la boca.
-¿¡Qué!? ¿Qué le gusto a Roberto?
Roberto era el mejor amigo de Alejandro. Era feo y se pasaba las horas muertas jugando al ordenador, a los marcianitos, para ser exactos.
-Bueno, cambiemos de tema-Dijo Elisa, intentado llevar las aguas a su cauce-.La profe de Dibujo es una pesada, no me deja pintar tranquila...
Siguieron hablando hasta las doce, cuando se acostaron, todos en la misma cama. A la mañana siguiente la primera en despertarse fue Clara, que despertó a sus hermanos.
-¿Por qué te despiertas tan pronto-Preguntó Elisa, frotándose los ojos y mirando el despetador de ranita que había en el escritorio-? Son las siete y media.
-Porque es viernes-Contestó Clara
-¿Qué pasa los viernes?
-Nada, solo que no es sábado ni domingo.
-¿Y?
-Pues que los viernes y los sábados te vas de fiesta y al día siguiente te levantas tarde.
-Venga chicos-era la madre, desde la puerta.-hora de levantarse. No sé por qué dormís los tres juntos, teneis que estar muertos de calor...
-Cosas nuestras, mamá.
Se levantaron e hicieron la cama, desayunaron y cogieron sus mochilas. Dieron un beso a sus padres y fueron al Instituto. Al llegar, cada uno se fue con sus amigos: Clara, con Raquel y Sandra; Alejandro con Roberto y Manel; Elisa con Carol y Vicky.
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