Junio 2011
¡¡Nuevo número del periódico literario!! Brujas en nuestra sección de "Mitos y leyendas", un nuevo acertijo como cada mes y una frase sobre amor y guerra, para darle vueltas a la cabeza. Para descubrirlo haz click sobre "Periódico Literario", que se encuentra en la parte de arriba del blog.


martes, 12 de abril de 2011

LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE

Era de un talle tan fino que parecía que las hojas se le iban a caer de un lado a otro. La flor, una preciosa orquídea blanca y morada, estaba preparada para su “ducha” diaria. Olga se acercó a ella y, con una gran regadera verde, vertió un poquito de agua sobre la tierra. Hizo lo mismo con las otras plantas, decenas, incluso centenares de plantas. Olga comenzó de muy joven en el oficio de la jardinería. No supo que era su verdadera vocación hasta que conoció a Marco, un guapo italiano apasionado de las plantas. El le descubrió que las plantas no son sólo eso, plantas, sino que tienen algo, no sabía qué, que atraía a las personas. Olga abría cada día su tienda y, cada día, una anciana entraba en ella, miraba las plantas y, finalmente, compraba una margarita. Sólo una, una al día. ” ¿Para qué la querrá? “, se preguntaba Olga cada día. Día tras día, la anciana sólo compraba una margarita. Olga, mostrando una imaginación desbordante, imaginó una y mil cosas, desde las más bonitas a las más tristes, desde las más extrañas hasta las que no pasan todos los días. Pero, un día, la anciana cambió su extraña rutina. Esta vez, en vez de comprar una sóla margarita, compró dos -“Hoy tengo menos esperanzas “, le dijo la anciana. “¿A qué se refería ¿” Pero, al día siguiente, la anciana volvió a comprar una sóla margarita. Olga, que sentía curiosidad por lo que hacía la anciana con las margaritas, decidió seguirla para ver dónde iba. La siguió sigilosamente por las calles de la ciudad. Llegaron a un parque en el que había muchos niños corriendo y saltando; a la señora se le dibujo una sonrisa en la cara. Olga, a unos metros de ella, intentaba averiguar dónde iba. Siguió imaginando lugares, hasta que se detuvo a pensar si lo que estaba haciendo estaba bien o no. Cuando dejó de pensar, vio a la mujer, que estaba más alejada y le daba la espalda. Cuidadosamente, se acercó a la señora. Vio que estaba deshojando la margarita mientras decía muy bajito:” Sí…, no…sí…no…”.Cuando acabó de deshojarla, le había salido un “no”.Se levantó y se dijo:” Mañana volveré a probar. Seguro que tendré más suerte”. Se dio la vuelta, pero no vio a Olga, que había oído todo. Se dijo a si misma: “Ya sabes, Olga, la esperanza es lo último que se pierde”. Marco tenía razón: Las flores tienen algo, algo misterioso y especial que atrae a las personas.

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