Junio 2011
¡¡Nuevo número del periódico literario!! Brujas en nuestra sección de "Mitos y leyendas", un nuevo acertijo como cada mes y una frase sobre amor y guerra, para darle vueltas a la cabeza. Para descubrirlo haz click sobre "Periódico Literario", que se encuentra en la parte de arriba del blog.


lunes, 25 de octubre de 2010

NUESTRO CANAL EN YOU TUBE

Hola. El video que veis arriba es la bienvenida a nuestro canal de You Tube. Iremos colgando videos con nuestros cuentos, de marionetas o de dibujos. Serán los cuentos que publiquemos aquí. Esperamos que os guste como son los videos, espero que divertidos. Si quereis comentarnos algo podeis mandarnos un correo, que ya sabéis, pero os lo recuerdo, cuentosinfantilesoriginales@gmail.com Aquí teneis la dirección de nuestro canal, donde también podeis comentar los videos: http://www.youtube.com/user/Cuentosoriginales

viernes, 8 de octubre de 2010

NUEVO PREMIO NOBEL DE LITERATURA

Mario Vargas Llosa se ha convertido hoy en el sexto español en ganar el Premio Nobel de Literatura. Mario nació en Araquipa, Perú en el año 1936. Allí vivió con su familia hasta su primer año, cuando su abuelo fue nombrado cónsul honorario del Perú en Bolivia. Toda su familia se mudó a Cochabamba, en Bolivia. Años después, volvieron a Perú, a Piura. Cuando tenía diez años, se mudaron a Lima. En 1953, ingresa en la Universidad nacional de San Marcos, donde estudió Derecho y Literatura. En 1993 adoptó la nacionalidad española.
Obras más importantes:
  • La ciudad y los perros, 1963
  • Conversación en la Catedral, 1965
  • La tía Julia y el escribidor, 1977
  • ¿Quién mató a Palomino Molero?, 1986
  • Lituma de los Andes, 1993, galardonado con el Premio Planeta
  • Travesuras de niña mala, 2006
  • Sueño del celta, 2010




lunes, 6 de septiembre de 2010

SEAFORD SENIOR HIGH SCHOOL

LA NUEVA CAPITANA
Rachel estaba nerviosa. La señora Douglas tenía el rostro de una persona de treinta años, pero en realidad, superaría los cincuenta. Tenía el pelo corto, teñido de rubio y llevaba un chándal azul con una gran S en el pecho: Seaford Senior High School.
-Tú debes ser Rachel, la nueva en el Instituto.
-Sí,-Dijo Rachel, desde la puerta del gimnasio-usted es la señora Douglas.
-Sí, venga, no te quedes ahí parada. Hazme un número, el de tu antiguo Instituto.
-Vale.
Entonces, Rachel empezó a hacer el número estrella de su antiguo Instituto.
-¡Dame una M, dame una U, dame una S, dame una I, dame una C! ¡Muuuuusic!
Entre voltereta y voltereta, Rachel cantaba, sin que su voz cambiara cuando estaba boca abajo, el himno de su antiguo Instituto. Su padre era un gran abogado y su madre no trabjaba. "Motivos de trabajo", alegaron sus padres cuando les dijeron a Rachel y a Matt, su hermano, que debían mudarse de estado, de una gran ciudad como es Seattle a pueblo cercano a Nueva York llamado Seaford.
-¡Perfecto!-Dijo la señora Douglas, aplaudiendo, al igual que todas las animadoras.-¡Perfecto! ¡Ven, Rachel, acercate.
Cuando Rachel se acercó, la señora Douglas la agarró por el brazo y la llevó fuera del gimnasio, entre los murmullos de las animadoras.
-El año pasado se fue del Instituto la capitana de las animadoras, Queen. Desde entonces he buscado entre las que quedaban una buena capitana, pero no he encontrado ninguna, excepto a tí.
-¿Yo? ¿Capitana? Pero...
-Pero nada. El Instituto Music te curtió bien, pero yo quiero curtirte más. Eres un pequeño diamante y te mueves como una santimbanqui profesional-Dijo la señora Douglas, con una sonrisa en el rostro-.¿Crees que llevas un azulejo dentro?
-Sí, creo que sí, señora Douglas. Gracias por confiar en mí y en mis posibilidades.
-La chica nueva se va a presentar a animadora.-Dijo Sharon a su hermano Jason.-Es muy guapa.
-Me da igual, estoy centrado en el atletismo.
-Que sepas que no todo en la vida es correr, también hay que disfrutar, a pesar de que el señor Cat os diga lo contrario. Anda, pasate a ver los ensayos, ya no solo por la chioca nueva, si no por mí.
-¿Te has apuntado al club?
-Sí, por fín me he decidido.
-Me parece estupendo. Claro que te voy a ver.
-A las cuatro, ni un minutos más ni uno menos.
-Allí estaré.
-Os presento a la nueva capitana de las animadoras, Rachel.
La sorpresa se notaba en todas y cada una de las caras de las animadoras.
-¿Ella?-Exclamó Amy, una chica pelirroja, repetidora de 2º curso por tercera vez, levantandose de la butaca de la grada.-¡Si acaba de llegar! Si ella es la capitana, yo dejo el club.
-Muy bien, ya puedes irte.-Contestó la señora Douglas. Algunas animadoras abrieron los ojos en señal de felicidad. Rachel también los abrió a la vez que bajaba la cabeza, esta vez en señal de vergüenza. -Ahí tienes la puerta.
Amy bajó hasta la pista, miró a la señora Douglas y después a Rachel. A los pies de ésta tiró sus pompones azules oscuros.
-Ya tienes pompones, Rachel. Tenemos que reducir gastos.
Rachel se agachó y cogió los pompones.
-¡Señora Douglas, las cuatro!
-Muy bien. Comencemos el ensayo. ¡Jason, qué sorpresa! ¡Cuánto tiempo!
El chico entró al gimnasio y se sentó arriba del todo. Sharon subió y le contó lo que había ocurrido con Rachel y con Amy y quién era Rachel y quien era Amy...
-¡Sharon! ¡Venga! ¡A calentar!
-Voy.
-Venga, talones, chicas, el campeonato se acerca, ¿no es así Jason?
-Así es, señora Douglas.

martes, 24 de agosto de 2010

LOS OJOS DE LA BIBLIOTECA

Ciudad de Portada, 26 de julio de 3184
Querido diario:
Hoy ha sido un día muy cansado, para empezar, me despertó la limpiadora que venía a abrillantar la biblioteca con su enorme retaila de productos de limpieza, perfumados con aromas cítricos. Estaba encerando la estantería de libros de cocina, que es el lugar donde yo duermo, cuando empezó a ojear uno de los libros. ¡Que susto me llevé a ver sus grandes ojos tan cerca de mi! Me levanté del libro de Caperucita Roja (Edición Limitada), que es mi cama, muy sobresaltada, pero me volví a dormir. Más tarde, cuando llegó la bibliotecaria, la Señorita Hudson, encendió el ordenador y yo salí de mi pequeño escondrijo para empezar el día. Cogí mi bata y me dirigí hacia los servicios me lavé la cara y me fui a desayunar. Mmmm, un delicioso trozo de pan con queso de cabra me esperaba en la pequeña mesa-portalápices. Después de terminar mi trozo de queso me fui a la zona infantil. Yo sé leer, pero lo de leer libros más grandes que yo, no me gusta. Prefiero los libros de niños pequeños, que no cuestan leer, porque tienen las letras del tamaño de mi cabeza. Me cogí un libro que se llamaba: "¡Todo el mundo va!" ¡Qué final tan inesperado. Después, el señor Clapton, el novio de la señorita Hudson, la recogió para ir a comer. ¡Por fin estaba sola de nuevo! Corrí hasta llegar a la sección de libros de viajes. Cada día visitaba un país, sin moverme de mi casa. Acabé de leer el libro a las cinco, hora en la que la señorita Hudson tendría que abrir, pero en su lugar abrió una señora mayor. Llevaba un cartel en el bolsillo de la camisa. Para leerlo me puse mis gafas y vi que ponía: Señora Doyle. Bibliotecaria de sustitución. ¿Sustitución? ¿Qué era eso? Para saberlo, corrí hasta la estantería dónde están todos los diccionarios. Cogí uno y busqué. S, su, sus... ahí estaba, sustitución. Leí en voz baja la definición: Acción y efecto de sustituir. ¿Pero qué era sustituir? Encontré sustituir: Poner a algo o alguien en lugar de una persona o una cosa. Entonces...la señorita Hudson debe estar enferma y la señora Doyle la sustituye. A las seis llegó una niña con un montón de libros para devolver.
-Hola.
-Hola pequeña. ¿Te has leído todos esos libros?
-Sí. ¿Dónde está la señorita Hudson?
-Está de viaje, pero yo la sustituyo, si te puedo ayudar yo.
-No, da igual. Aquí tiene sus libros.
La niña se fue corriendo y parecía muy triste, al igual que la Señora Doyle. Decía:"¿Por qué seré de sustitución y no una bibliotecaria más, a la que todos los niños quieren?" Me dió mucha pena. A las ocho y media, la señora Doyle se iba a ir y grité, con tadas mis fuerzas: ¡¡Espereeee!! ¡¡Espereeeeeeee!! Parecía que no me oía, así que me apresuré a llegar hasta ella y cuando llegué, le tiré del pantalón. gritó, a la vez que corría hasta el mostrador y se subía a él.
-Un...un...ratón.
-Una ratona, si no le importa.
-¡Y habla! ¡Esto debe ser una alucinación!-Dijo la mujer, frotandose los ojos.
-No, soy de verdad, me llamo Abie, Abie Pérez. Mi primo es español, Ratón Pérez.
-Yo... yo soy... la señora Doyle.
-Ya lo sé, lo he leído de su cartel.
-¿Sa-sabes leer?
-Sí, claro. Vivo aquí desde que tenía un mes.
-¿Y qué quieres de mí?
-Sólo quería decirte que aunque los niños no te digan que te quieren, poco a poco te irán cogiendo cariño y cuando vuelva la señorita Hudson, se sentirán muy mal porque usted se ha ido.
-Sí, supongo que tienes razón.
-¿Le puedo pedir un favor?
-Sí, claro, por supuesto-En ese momento se bajó del mostrador, ya no me tenía tanto miedo-. Tú dirás.
-¿Ves esa sección? ¿La de libros de cocina?
-Sí, la veo.
-Bien, esa es mi cama. Lo que pasa es que cuando llega la limpiadora, todos días, los ojea, y me asusto.
-¿Y qué quieres que yo haga?
-Que me proteja, además he pensado cómo.
-¿Cómo?
-Vaya a la papelera y coja una caja.
Ella, muy obediente, fue.
-Vale, ahora, cójame.
-¿Qué te coja?
-Sí venga.
Ella, aunque con cara de asco, me cogió.
-Vamos a la sección de cocina.
Cuando llegamos, me dejó en una valda.
-Ahora busque el libro "Soufflés para inexpertos".
-Aquí está.
-Lléveme hasta él.
Me subió y yo aparté el libro.
-Ponga la caja al fondo, por favor. Y ábrala.
-Vale.
Lo hizo.
-Ahora, por favor, métame.
-Vale.
-¡No me cierre, que mañana no puedo salir!
-Perdona.
-Muchas gracias, señora Doyle. A partir de ahora, esta será mi casa, puede venir a tomar un té cuando quiera.
-Con mucho gusto. Hasta mañana, Abie.
-Adiós.

Y así es como ha sido mi día, el día en el que he conocido a la Señora Doyle, mi salvadora y mi cuidadora, espero que por mucho tiempo, que la señorita Hudson se merece unas largas vacaciones.
ABIE PÉREZ

domingo, 8 de agosto de 2010

LA NOCHE DE LOS JUEVES

Clara y Alejandro estaban cogiendo algunas bolsas de aperitivos y patatas. Mientras, Elisa preparaba su habitación para la velada de esa noche. Era casi una tradición: los padres de los chicos libraban y se iban a cenar todos los jueves. Clara, la mayor, tenía que cuidar de los mellizos, dos años mas pequeños que ella. En vez de ver una peli o pedir una pizza, se reunían en una habitación, hablaban de sus cosas, y veían la pelicula y pedían la pizza desde allí. Dormían los tres juntos y cuando se levantaban, volvían a su vida normal. "Es bueno que un día a la semana dejemos de pelearnos y nos reunamos juntos como si fueramos amigos." Decía siempre Elisa.
Sus reuniones, como las llamaban ellos, permanecían en secreto. Habían hecho unas normas el primer día que se reunieron.
"Regla Nº1 Quien diga algo sobre estas reuniones SECRETAS, se le corta un dedo. (No, es broma, pero no se puede decir)"
Esa noche, a las nueve, su padres se fueron a la inauguración de Marísquería El pueblo Donde va el famoseo, como decían los anuncios de la televisión. En cuanto se fueron, Alejandro y Clara fueron a la habitación de Elisa. Ella había puesto una manta de cuadros de colores en el centro de la habitación. Encima de la manta había colocado unos cuencos y en el centro, una vela que iluminaba toda a habitación.
-Ten cuidado con la vela-Advirtió Clara.-no se vaya a caer y la liemos.
-Tranquila, la apago y voy a buscar unas linternas.
Con la vela apagada y las linternas en las manos, empezó la reunión.
-Doy por inaugurada-Dijo Elisa, solemnemente.-la noche de los jueves.¿Quién quiere empezar?
-Yo.-Dijo Clara, levantando la mano.- Alejandro, ¿sigues con Lara?
-¡Oye, que tienes que contar tus problemas, no sacar los míos!-Protestó Alejandro.
-Da igual, puede contar lo que quiera, lo pone en la Regla Nº5.-Contestó Elisa, señalando con una mano una cartulina que sosotenía con la otra.-¡Contesta!
-Vale, bueno... No, no sigo con Lara, ¿contentas?
-¿¡Qué!?-Exclamaron las dos, aunque ninguna de las dos lo sentía por Lara. Ellas creían que su hermano había hecho lo mejor. Lara era muy prepotente, capaz de pisar a cualquiera por conseguir cualquier cosa. Un rumor que había por el Instituo era que había vendido a su hámster para comprarse un vestido rosa (el único color que había en su armario).-¡Pero si llevais un montón de tiempo juntos!-"Por desgracia".
-Pues por eso mismo, porque ya no nos gustamos. Seguimos siendo amigos, no os preocupeis.-"Qué bien, qué alegría que seguís siendo amigos"
-Pues vaya-Contestó Elisa, cruzándose de brazos y mirando hacia el suelo.
-No estés triste, Elisa-Le consoló Clara, poniéndole un brazo sobre sus hombros y mirándola de forma que le dijo: "Alégrate, que que tu hermano deje a Lara no pasa todos los días".
-No estoy triste por ellos, pero esque el ya ha tenido novia, tú lo tienes ahora...-Se dio cuenta de su error y se tapó la boca.
-¡Calla!
-Lo siento.
-¡Tienes novio! Lo sabía. Le vas a romper el corazón al pobre Roberto.-Él sabía que también había metido la pata y se tapó la boca.
-¿¡Qué!? ¿Qué le gusto a Roberto?
Roberto era el mejor amigo de Alejandro. Era feo y se pasaba las horas muertas jugando al ordenador, a los marcianitos, para ser exactos.
-Bueno, cambiemos de tema-Dijo Elisa, intentado llevar las aguas a su cauce-.La profe de Dibujo es una pesada, no me deja pintar tranquila...
Siguieron hablando hasta las doce, cuando se acostaron, todos en la misma cama. A la mañana siguiente la primera en despertarse fue Clara, que despertó a sus hermanos.
-¿Por qué te despiertas tan pronto-Preguntó Elisa, frotándose los ojos y mirando el despetador de ranita que había en el escritorio-? Son las siete y media.
-Porque es viernes-Contestó Clara
-¿Qué pasa los viernes?
-Nada, solo que no es sábado ni domingo.
-¿Y?
-Pues que los viernes y los sábados te vas de fiesta y al día siguiente te levantas tarde.
-Venga chicos-era la madre, desde la puerta.-hora de levantarse. No sé por qué dormís los tres juntos, teneis que estar muertos de calor...
-Cosas nuestras, mamá.
Se levantaron e hicieron la cama, desayunaron y cogieron sus mochilas. Dieron un beso a sus padres y fueron al Instituto. Al llegar, cada uno se fue con sus amigos: Clara, con Raquel y Sandra; Alejandro con Roberto y Manel; Elisa con Carol y Vicky.

jueves, 5 de agosto de 2010

LA MISTERIOSA MUJER DE LA HAMACA II

Carmen creyó que lo mejor sería ir a preguntarle el por qué de todas sus preguntas, aunque la señora, que era un tanto remirada, tal vez contestaría a sus preguntas con un "¡Y a ti que te importa!" o "Métete en tus asuntos". Carmen tendía a confier demasiado en la gente, que a veces "le hacía pillarse los dedos con la puerta"como solía decir Estela. Pero Carmen esperaba que esta vez fuera diferente. Esperaba que Isabel le diera explicaiones para sus interrogantes, y esperaba que tal vez, fuera una buena persona. Estaba segura que si lo que iba a hacer se lo contaba a Estela, le diría que estaba loca, casi tanto o más que a la que le iba a preguntar. Pero eso a Carmen no le importaba. Salió a la zona común, donde Elsa y Lara, dos hermanas gemelas de la misma edad que Carmen la esperaban para jugar al Mayorvolley, un juego que ellas mismas habian inventado.
-Id jugando vosotras, ahora voy, no me importa, os pegaré una paliza igualmente. -Dijo Carmen a la chicas, entrando en la casa de Isabel y guiñándoles un ojo.
-Vale.-Contestó Lara. Después le preguntó a su hermana.-¿Qué hace Carmen entrando en casa de la loca?
-No lo sé. A lo mejor va a pedirle sal.
-Y de paso juegan a las cartas. Parece mentira las notas que sacas y lo tonta que eres. ¡Qué es la loca!-Contestó Lara, poniendo más énfasis en la última frase.
-¡Mejor sacar buenas notas y ser tonta que ser tonta y no sacer buenas notas como haces tú!
-¡Te he dicho mil veces que no digas eso aquí, pedazo de tonta!
-¡Tonta lo serás tú!
Y empezaron a pelearse.
Mientras tanto, Carmen entró en el jardía trasero de Isabel. Oía gritos y algunos quejidos como "¡Ay!", "¡Para!" o "¡Me has hecho daño!", dando paso a llantos. Golpeó la cristalera que daba paso a un gran salón. Nadie la abrió, pero escuchó un lejano "¡Adelante, está abierto!" como

respuesta. Entró y se quedo inmóvil al ver el gran salón, en el que cabrían dos salones como el de Carmen. La casa por fuera parecía igual que todas las demás de la Urbanización La Orquídea. Luego oyó unos pasos que se acercaban a la sala donde estaba ella.
-Hola Isabel, siento molestarla.-De cerca, Isabel aparentaba muchos más años que desde lejos. Llevaba el pelo teñido de rubio, el mismo rubio que usaba su abuela, seguramente se habían peinado en la misma peluquería, la única del pueblo. La mujer era regordeta, bajita y llevaba los labios pintados de rosa claro.
-Tú dirás, Carmen. Siéntate. ¿Quieres tomar algo, un refresco, tal vez?
-No, gracias. Tal vez me llame cotilla y entrometida pero hay una pregunta, mejor dicho varias, que me llevan rondando la cabeza...

lunes, 2 de agosto de 2010

VISITA A LA ABUELA

¡Corre, corre!- dijo Sandra
¡Ya voy! ¡No puedo correr mas!- le contesté

Como cada verano Sandra y yo íbamos juntas a Lupfig, un pueblecito situado en Suiza. Todos los años nos desplazábamos hasta allí para visitar a la abuela, que nos recibía con ilusión.
Al llegar a la puerta de embarque observamos que no había nadie y tan solo quedaban 10 minutos para partir. Rápidamente Sandra y yo miramos las pantallas y habían cambiado la puerta de embarque.
Quedaban solo 4 minutos cuando llegamos, enseñamos los pasaportes y fuimos corriendo hacia el autobús. Nos montamos y en muy poco tiempo llegamos al avión. Avanzamos por las escaleras y una vez dentro buscamos nuestros correspondientes asientos, el 22 A y el 22 B.
Mi prima y yo estábamos tranquilas, pensando que todo se había resuelto y que el resto del viaje sería pacífico, pero no fue así...

Llegó la hora de comer, en el avión no había mucha variedad, así que pedimos unos bocadillos. La comida no estaba incluida en el billete, por lo que teníamos que pagar aparte. En ese momento fui a sacar mi monedero y me di cuenta de que no estaba en el bolso. Lo busqué en los asientos y en la mochila del equipaje de mano. La azafata estaba impaciente y Sandra se estaba poniendo roja de vergüenza. Fue entonces cuando saqué del bolsillo izquierdo de mi pantalón 5 euros que me habían sobrado al comprar los refrescos en el aeropuerto. ¡Estábamos salvadas! Se los di a la azafata y me comí el bocata de jamón serrano con tomate.

Al llegar al aeropuerto de Zurich fuimos a la cinta para recoger las maletas. No tuvimos que esperar para ver un gran maletón rosa, el de Sandra, pero las maletas se acabaron y la mía no había salido.
Estaba cansada de este viaje y entonces apareció un hombre vestido con el uniforme del aeropuerto que traía mi maleta. ¡Que bien! Parecía que las cosas empezaban a salir bien.

Un hombre nos esperaba a la puerta, con un cartel que decía:
"Familia García"
Fuimos hacia él y nos explicó que era el vecino de la abuela y que nos llevaría a casa. Nos montamos en su coche y cuando llevábamos unos 15 minutos de viaje el coche se paró. ¡No tenía gasolina! Por suerte el vecino de la abuela llevaba una garrafa en el maletero, suficiente para llegar.

Nos acercábamos a Lupfig y vi la casa de la abuela desde lejos. Al acercarnos ella estaba en la puerta saludándonos.
Nos bajamos del coche, corrí hacia ella y la abracé con fuerza.

¡El viaje había merecido la pena!

domingo, 1 de agosto de 2010

LA MISTERIOSA MUJER DE LA HAMACA

El sol abrasaba a todos los que estaban en la zona común de la urbanización. La piscina estaba repleta de personas. Carmen había invitado a Estela, su mejor amiga a casa. Estela se iba a tirar por el trampolín cuando le dijo a Carmen:
-¿Quién es esa? Siempre que vengo está ahí.
-Y cuando no vienes también está. Se llama Isabel. Sale a las nueve de la mañana, se da un baño de no mas de diez minutos, sale, se seca, se sienta en la hamaca, hasta las nueve de la noche, sin moverse, solo para mirarnos mal a los que corremos por ahí.
-Pues es muy aburrido venir a la piscina y no bañarte. Anda, quita que me voy a tirar de bomba.
A las ocho menos cuarto, los padres de Estela fueron a recogerla.
-Ahí sigue-dijo Estela.
-Tal vez sea que no se puede mover de ahí.
-No sé, yo lo único que digo es que es una aburrida.
-Venga Estela,-dijo la madre.-debemos irnos.
-Gracias por invitarme. Adiós.
-Adiós, otro día te llamo.
Carmen cerró la puerta y se quedó pensando unos momentos: ¿Por qué leía el mismo número de la revista Ciao!? ¿Cuál era la razón por la que no se movía en todo el día? ¿Por qué miraba mal a los niños?
Continuará...

miércoles, 28 de julio de 2010

BILLETE DE IDA, EL PROGRAMA DE LOS LOCOS

-Buenas noches a todos,-empezó Raquel, la presentadora del programa.-hoy, como cada viernes, viajaremos a algún lugar del mundo. Marcos es hoy el encargado de presentarnos el bello país que es Argentina. Pido un fuerte aplauso para él.
Marcos entró en plató y se sentó en un sillón al lado de la presentadora.
-Muy buenas noches,-dijo el colaborador.-como muy bien ha dicho Raquel, he viajado hasta Argentina para enseñarles todo lo que he podido ver, y como siempre, de la mano de los paisanos que viven allí. He estado con Sandra, Lucas y Mario, y esto es con lo que me he encontrado. Dentro vídeo.
El vídeo comenzó. En él salía Marcos, sentado en una silla de un bar típico argentino. Después se dirigía a una casa, llamaba a la puerta y abrió una chica joven.
-Hola, soy Sandra.-dijo ella.-Pasad, estais en vuestra casa.
-Muchas gracias. Tú de donde eres.
-Yo soy de aquí, de Argentina.
-Sí, de corazón es de aquí, pero de nacimiento.
-No, que yo he nacido en el Hospital General de Niños Pedro Elizalde de Buenos Aires.
-¡Pero usted ha llamado al programa "Billete de ida" porque usted es de España y vive aquí.
-Claro, yo vivo aquí, pero no sabía que debía que ser de España. Bueno, pues adiós.
El pobre Marcos salió de la casa con cara de circunstancias y dijo a la cámara:"Ahora pasamos con nuestro siguiente español, espero, que vive en Argentina".
El siguiente español salió trabajando en un puesto de perritos calientes.
-Buenos días, tú debes ser Lucas.
-¡El mismo, el artista de Buenos Aires!-bociferó el "artista", ahuyentando a algunos clientes.-Yo ya he acabado de trabajar.
-¿Tú cuánto cobras por trabajar aquí?
-¿Yo? Nada.
-¿Cómo qué nada?
-No, que yo trabajo aquí hasta que el verdadero dueño llega por las mañanas.
-Entonces, usted se lo roba.
-Sí.
-Vale, Jorge, -le dijo a la cámara.-corta, este tío está loco. Ya habrá alguno que esté cuerdo y valga la pena.
Los dos, el cámara y el reportero salieron corriendo.El siguiente personajillo que les esperaba era un tal Mario, que decía trabajar como Científico.
-Buenas, soy Mario García, tengo 61 años y llevo aquí 2.
-Hola, Mario. ¿A qué te dedicas?
-Soy científico.
-¿Y en estos momentos en qué trabajas?
-Busco unicornios y marcianos.
Marcos se rió.
-No en serio.
-Si en serio te lo estoy diciendo. Busco unicornios y marcianos. Son las criaturas mas bonitas jamás conocidas.
-Claro, nadie las conoce.
-Yo sí, un unicornio se me apareció en la tostada, la forma de la mermelada era claramente un unicornio. Mira aquí tengo la foto.-Le enseñó la foto a Marcos y a la cámara. Lo que se veía claramente era una mancha de mermelada.-Y el marciano se me apareció a través de la plancha. Sí, parece raro, pero yo estaba planchando una bata de laboratorio cuando me llamaron por teléfono para confirmar mi pedido de probetas de plástico, y no me di cuenta y dejé la plancha sobre la bata y la quemadura que se creó era un marciano. Mira, aquí tengo la fotografía.
Ahí también se veía claramente que el hombre estaba chalado. Era una quemadura, normal y corriente.
-Bueno, me temo que deben irse, voy hacer un experimento super peligroso.
El científico echó a los dos.
Hasta aquí el programa de hoy.-Dijo Marcos, llorando, para después salir corriendo.
Raquel estaba inmóvil, al igual que Marcos y el público. Había sido el programa más desastroso de la historia. Marcos empezó a llorar como un bebé.
-¡El programa no estaba preparado, ha salido así de mal por las personas que tuve que entrevistar!-Y volvió a salir corriendo.
Raquel se levantó y empezó a llorar desconsoladamente.
-Iba a decir "hasta la semana que viene", pero no creo que nos quieran ver.
Y también salió corriendo. Quedaban dos minutos y medio y había que utilizarlos como fuese. Para ello, salió el regidor, contó un chiste malo que no acabó y así se dio por terminado el programa de esta semana, y seguramente, el de la siguiente, la siguiente y la siguiente...

jueves, 22 de julio de 2010

SOLDADITO DE HOJALATA

Soldadito de hojalata
pecho de lata
dientes de marfil
que te salieron en abril.
Vas por ahí
apuntando con tu fusil
a pequeños, a mayores
y hasta a los apuntadores.
Menos mal
dejaste de disparar
te hiciste albañil
para poder ser feliz.

¿ES UNA BOLA DE CRISTAL?

Mi abuela siempre las pone en Navidad, encima de la chimenea. Yo iba a coger la foto de mis padres, cuando el tonto de Tobby, el perro de la abuela, se chocó contra mí y una bola de cristal con nieve y un Papá Noel dentro se cayó al suelo y se rompió en mil pedazos. A la vez que la bola caía hacia el suelo, yo me hize pequeña y subí volando hasta la repisa de la chimenea. Mis piernas se movían involuntariamente y, sin yo quererlo, atravesé otra de las bolas de cristal. Miré hacia atrás y vi a Tobby, mirándome, parecía alegre y todo, y luego chupó el cristal. Las bolitas que simulaban la nieve lo cubrían todo y empezaban a hundirme. Al otro lado de la bola había un lugar con piedras y sin nieve. Intenté andar hacia allí, pero no podía, a cada paso que daba me hundía. Así que, para algo me serviría la medalla de oro en el campeonato del colegio, cogí airey me "sumergí". Cuando salí a tomar aire, me di cuenta de que ya había llegado al caminito. Cuando lo vi antes, me pareció que estaba muy lejos, pero me di la vuelta, y vi el agujero por donde me había metido casi en mis pies. ¿Qué había pasado? Donde estaban las piedras, era un camino que llevaba a una casa.¡Había leído tantos cuentos de casas con personas malvadas dentro: Hansel&Gretel, Ricitos de oro...! Pensé en darme la vuelta, para qué negarlo, pero al fin y al cabo las historias son solo eso, historias. Entré y allí había una señora, vestida de rojo que me miraba sin parpadear.
-Hola.
-Hola, eres la persona número uno que llega. Soy Mamá Noel y seré tu guía turística.
-¡No quiero hacer un tour turístico por aquí, quiero volver a casa con mi abuela!
-En ese caso, jamás podrás salir de aquí...
Pegué un grito tremendo y la verdad, con razón. me destapé y fui a la habitación de mi abuela. Después bajé al salón y fui hacia la chimenea y vi las dos bolas, la que se había roto y en la que me metí. ¿Qué pasaría si de verdad la rompiera? Prefiero no saberlo.

domingo, 18 de julio de 2010

SHORT STORY IN ENGLISH CUENTO EN INGLÉS

RACE ON RICE
We're in a little village in Ireland. Here, there are a lot of animals: pigs, cows, hens... I'm a dog and my name is Scott. Near here, in other farm, lives a horse. He's black, big and strong. His name is Furious. Yesterday, he said me: "Tomorrow, we're going to run on rice country at seven o'clock. Be careful with me." Later, my mum said me: "No, you can't run in a race with him! He's very strong."But, today I'm going to run versus Furious.
-Three...two...one... ¡GO!
Furious walked slowly and I could not run faster than him, but in the last curved, I run
fast and I won the race. It was the best day in my live.

CARRERA EN EL ARROZ
Estamos en un pequeño pueblo de Irlanda . Aquí hay muchos animales: cerdos, vacas, gallinas... Soy un perro y me llamo Scott. Cerca de aquí, en otra granja, vive un caballo. Él es negro, grande y fuerte. Su nombre es Furia. Ayer él me dijo: "Mañana vamos a correr en el campo de arroz a las siete en punto. Ten cuidado conmigo." Después, mi madre me dijo:"¡No, no puedes correr en una carrera contra él! Él es muy fuerte." Pero hoy voy a correr contra Furia.
-Tres... dos...uno... ¡VAMOS!
Furia andaba lento y yo no podía correr más rápido que él, pero en la última curva, yo corrí rápido y gané la carrera. Ha sido el mejor día de mi vida.

jueves, 8 de julio de 2010

AMOR FUGAZ


Querido diario:
Estoy en Almería con mi ordenador portátil, en frente del mar, el sonido de las olas es tan relajante... He conocido a un chico, bueno, más bien, lo veo todos los días. Tendrá más o menos mi edad (más tirando a más que a menos, porque él ya trabaja). Trabaja de botones en mi hotel. Es alto y delgado, moreno y lleva gafas. LLeva un anillo. Al principio pensé: "¿No es muy joven para estar casado?" Pero ayer "me tiré a la piscina" y me acerqué a él en el ascensor. No era una alianza ni nada por estilo, es más, era un anillo bastante cutre. Por la tarde bajamos mis padres, mi hermano y yo a la piscina del hotel. Estaba allí, con una señora muy estirada que daba muchos aspavientos. Me dio pena del pobre chico, ¡le tenía mareado la pesada! No he dejado de pensar en él desde que le ví, el primer día que llegamos. Me subió mi maleta y cada vez que la veo... No menciono el nombre, básicamente porque no lo sé. Nadie lo sabe, sólo tú, mi pequeño ordenador portátil, que me salvas de tanto aburrimiento cuando bajamos a la playa y se ponen a hacer catillos de arena... Los odio, los odiaba de pequeña y los odiaré cuando sea mayor. Es una pena que, según mis fuentes(una niña de Andorra que conocí hace un par de días, que investiga por ahí) solo vaya a trabajar este mes y...¡No me había dado cuenta, pero yo me voy en dos días! No me había acordado, estaba en una nube desde que le ví y además, aún no he cogido demasiado color para presumir en el pueblo. No sé que hacer. De momento, voy a levantarme de la tumbona, voy a cogerte y vamos a ir corriendo al hotel para verle a ÉL. Después de cenar sigo escribiendo.


Son las nueve y media, en tres horas empieza la verbena y no voy a ir. Alicia me ha dicho que va a estar allí trabando de camarero, pero me da igual, no me gustan las verbenas. Esta tarde cuando le he visto, estaba tan tranquilo, sentado en una silla de la recepción, esperando huéspedes que quisieran que les subiera las maletas. Espero que se lo pase muy bien. Mañana vamos a la playa de Roquetas de Mar. Yo no quiero ir, quiero quedarme aquí aunque sea en la habitación viendo la tele. Mañana escribo un poco más, ahora empieza mi serie favorita y no me lo pierdo por nada del mundo, ni siquiera por que esté de vacaciones.


Son las diez, me he levantado hace hora y media, para convencer a mis padres y lo he conseguido. Se han ido hace diez minutos. Pero no estoy contenta. Me ha roto el corazón. He acompañado a mis padres hasta la puerta del hotel, y allí, yo esperaba que estuviera subiendo o bajando maletas, pero no, lo encontré sin el uniforme, vestido de calle y con una chica, muy guapa, rubia y alta. Se estaban besando. Mis padres ya se habían ido a la playa, que si no me voy con ellos aunque no llevaba puesto el bañador. Ahora me voy a bajar a la piscina con Alicia y luego vamos a comer las dos en mi habitación. Creo que esto ha sido un amor fugaz.

miércoles, 7 de julio de 2010

Y AHORA SOMOS SEIS

Cintia vivía en Santiago de Campostela con su padre, Carlos y con su madre, Adela. Cintia iba al colegio y tenía muchos amigos. Ella tenía seis años. Un día, su madre se quedó embarazada. A Cintia le hizo mucha ilusión tener un hermanito o hermanita con el que jugar. Entonces,hubo una ecografía que al médico le pareció rara. Veía muchos brazos, muchas piernas...
¡En vez de un niño venían tres! Cuando se lo contaron a Cintia, se sorprendió mucho, y empezó a pensar cómo iban a dormir los bebés en su casa, porque era muy pequeñita. Pasaron los meses, y ante la idea de cómo iban a dormir sus hijos, Adela y Carlos buscaron una nueva casa con más habitaciones. Buscaron y buscaron pero no encontraron nada adecuado para los seis. La fecha del nacimiento cada vez se acercaba más, y la madre cada vez podía moverse menos para buscar casa. El padre encontró de casualidad una casa, a las afueras de Santiago, perfecta para los seis.

Al día siguiente de que Carlos encontrara casa, nacieron los tres, dos niñas y un niño. Cuando Cintia se enteró, anotó en un papel los nombres que quería para sus hermanitos. Al final, se quedaron con Daniel, Beatriz y Diana.
Cuando Adela llegó a su casa nueva, apenas con las cosas de los cuatro, hicieron unas normas para Cintia:
Y así sigue siendo, cinco años después, incluso el día de la comunión de Cintia, ella ayudó a su padre y a su madre con Daniel, Beatriz y Diana.

martes, 6 de julio de 2010

LOS ZAPATOS DE MAMÁ

Los zapatos de mamá
no son como los demás
son rojos y de tacón
y no necesitan fragancias de limón.

Sólo sé que a mamá
le gustan bastante
presume con sus amigas
de que la ropa le sienta mejor que antes.

Creo que mi mamá me va a castigar
porque con tacones no volverá a caminar
se ha roto el tacón
cuando me caí de un escalón.

Los pegué con pegamento
(fue una idea sin fundamento).
Mamá no se ha enterado
hasta hoy, en la boda de Genaro.

jueves, 1 de julio de 2010

HAZME UN HUECO

Hola a todos. Me llamo Verónica Cube y os voy a contar como llegué a ser una diseñadora de moda famosa internacionalmente. Desde pequeña quise ser diseñadora, pero no de esas que hacían prendas que no se podían vestir normalmente y que sus modelos eran como maniquíes, "palos vestidos", como suele decir mi tía. Bueno, vamos al grano. Todo comenzó cuando yo tenía veinte años. Sólo faltaban seis días para cumplir los veintiuno. Por entonces yo trabajaba en la tienda de ropa de mi madre. Estábamos en rebajas y eran imposible ver a todo el mundo. Entonces, una señora mayor, alta, delgada, con el pelo recogido en un moño y un traje de chaqueta y falda gris se me acercó al mostrador en el que yo cobraba a las clientas.
-Hola.-le dije mientras ella me daba el pañuelo de seda rosa que se disponía a comprar.-Son diez euros, por favor.
Mientras ella me daba el dinero, me dijo:
-Me llamo Abril Silva. Soy la dueña de una importante marca de moda: Abril Silva's moda. Me gustaría contratarte en fase de pruebas para que me hagas unas prendas para la colección primavera- verano 2010. ¿Qué te parece?
-¿Me lo está preguntando de verdad? Por supuesto que quiero.
-Muy bien, te espero mañana en París. ¡Hasta mañana!
Me dejó con la palabra en la boca. Además, ¿cómo iba a conseguir un billete de avión en menos de veinticuatro horas? Lo único que podía hacer es llamar a un amigo mío que trabajaba en una agencia de viajes. Y aunque trabajaba ahí, le costó mucho trabbajo encontrarme un vuelo a la hora adecuada y con el precio adecuado.

Cuando llegué al aeropuerto "Charles de Gaulle", había un hombre con un cartel en el que ponía "Verónica Cube". No sabía que hacer, si ir o no ir hacia él. Al final, decidí ir hacia él. ¿Sabeis qué pensé? "Si no he tenido miedo a venir a París por invitación de una desconocida, aunque conocida diseñadora de ropa, ¿voy a tenerlo de su posible mayordomo?" El mayordomo de Abril me llevó hasta el "Boulevard de Sébastol". Esa calle era preciosa. Allí, en uno de los múltiples edificios que había en ella, entramos Pierre (así se llamaba el mayordomo) y yo. Subimos dos pisos y allí, en letras grandes ponía en un cartel: "Ètudie de mode Abril Silva". Entramos y mis nervios eran cada vez más fuertes. Una chica estaba en el mostrador de entrada. Al ir hacia ella, Pierre se dio la vuelta y se fue. Yo, que ni sabía ni entendía nada de francés, tuve que hablar con ella. La verdad, ni me enteré yo de lo que me dijo, ni se enteró ella. Menos mal, que ella al ver que no nos entendíamos, habló por el teléfono con alguien. De esa conversación solo entendí mi nombre. La recepcionista me indicó un sillón, y yo interpreté que era que me sentara a esperar a alguien. A los cinco minutos de sentarme, apareció Abril, esta vez con una traje de chaqueta y pantalón negros. Me llevó hasta su despacho, allí nos sentamos en un sofá y empezó a enseñarme todos y cada uno de los diseños que habían hecho sus trabajadores. "Yo no soy diseñadora, sólo soy la dueña de un gran Emporio de Moda", eso es lo que me dijo. Me cayó muy bien, aunque era un poco estirada. Entonces, firmé el contrato y empezé a trabajar allí. En principio era solo para un año, pero al ver que yo trabajaba tan bien, me alargó el contrato dos años más. A los dos años y medio de estar allí, Abril me ofreció dejar de trabajar para ella y montar mi propio Estudio. Me pareció una idea descabellada. Tampoco sabía tanto de moda, me limitaba a hacer lo que más me gustaba, diseñar, pero no sabía cómo contratar a la gente, ni cómo llevar las cuentas, prácticamente no sabía hacer nada. Abril me dijo que eso no era problema, que ella tampoco nació enseñada y que las cosas se aprenden. A los dos meses, me trasladé a Madrid, donde estaría mi Estudio. Poco antes de cumplir los veinticuatro abrí mi estudio de moda, apoyada incondicionalmente por Abril, por mi mejor amiga Gloria y por toda mi familia. Al principio era un estudio pequeño pero poco a poco se fue haciendo más y más grande. Hasta que un día , y gracias a Abril, me ofrecieron participar en la Madrid Fashion Week. No me lo pensé dos veces y dije sí. Ese, según los periódicos, revistas y televisiones, fue mi lanzamiento directo al estrellato. Desde entonces, no me dejaron de dar premios, encargos y reportajes. Y así fue como me hize una diseñadora famosa, con los pies en el suelo.

sábado, 26 de junio de 2010

INVISIBLES

PERFECCIONISMO PURO Y DURO
-¡Lo quiero todo perfecto! ¡Mi cita con Alberto debe ser la mejor del mundo entero!
-Vale, ¡vas a comprar algo más?-Le espetó la estúpida encargada del supermercado, que, según ponía en su camisa, se llamaba Jenny.-No puedo perder el todo el día con mocosas que "quieren que su cita con su novio sea perfecta".
-Jenny, te has ganado el puesto número uno en mi lista de encargadas de super mas estúpidas. De todas formas, gracias por preguntar, necesito una cosa más, unas flores.
-Cuarto pasillo a la derecha.
"Creo que voy a hacer lo mismo que Sonia, me voy a plantar delante de él y le voy a dar una idea de donde podemos ir. Buena pregunta Teresa, ¿dónde puedes ir con el chico más guapo del colegio dos años mayor que tú? Ya sé, ¡al parque! ¡Espera! Carol fue... a la playa. Clara fue...al parque y Sonia...también al parque. ¡Pobrecillo! Debe estar cansado de tantos lugares que empiezan por p. ¿Dónde podemos ir? ¡Ya sé! Al bosque. No empieza por p. Luego le llamo, aunque tendré que conseguir su teléfono y no sé como..."
Después de comer, se pusieron al ordenador y hablaron por el chat:"Teresa dice: Chicas, teneis que conseguirme el teléfono de Alberto.
Carol dice: Yo tengo una vecina que su hermana es amiga de la hermana de Alberto.
Teresa dice: ¿Y crees que te lo daría?
Carol dice: Me llevo muy bien con ella, y me debe un par de favores...
Teresa dice: ¡¡Muchas gracias!!"
Y dicho y hecho. Carol, después de muchas llamadas y nervios, consiguió el teléfono. Teresa estaba muy nerviosa, no sabía lo que le diría Alberto. "Quiero que todo sea perfecto, y como quiero que sea así, así será, o eso espero al menos."
-¿Sí?
-Hola. Soy Teresa, la de segundo.
-¿Teresa? ¡Sí, ya sé quién eres! Dime, ¿qué quieres?
-Te quería preguntar si querrías venir conmigo al bosque. En nuestra clase debemos hacer un trabajo sobre los frutos que encontramos en los bosques en invierno.
-Vale. ¿Para cuándo tienes que hacer el trabajo?
-Para mañana.
-Bueno, entonces, ¿a las cinco en tu casa?
-Está bien, a las cinco en el portal. Adiós.
-¡Hasta la tarde!
Cuando colgó, Teresa saltó de la cama (que era una litera, la de arriba para ser mas exactos), y se puso a saltar como una loca. "Todo debe ser perfecto".
Al mismo tiempo que Teresa saltaba de un lado a otro de su habitación, Carol recibió una llamada de un número que no tenía en su agenda. Era Alberto. Cuando se lo dijo, a Carol se le cortó la respiración y no podía articular palabra alguna. La llamaba para decirle que había quedado con Teresa, que le parecía muy simpática y que para esas cosas él no valía, para los detalles con los demás. Era para que le dijera lo que le gustaba a Teresa. A Carol, lo primero que se le ocurrió que le gustaba a Teresa era él, Alberto, pero se lo pensó dos veces y no se lo dijo. "Le gusta que todo sea perfecto. Ella es casi perfecta. Si quieres que se vaya para su casa contenta, procura que todo sea perfecto."
A las cinco menos cuarto, Teresa bajó al portal. No aguantaba más en casa. nada más bajar, se encontró a Jenny, la ganadora del ranking a la encargada de supermercado más estúpida.
-¿Qué haces aquí?¿Esperas a tu novio, si se puede llamar así a un amigo imaginario
-No es un amigo imaginario, se llama Alberto y cuando lo veo, es como si estuviera en las nubes...
-Bueno, yo me voy al supermercado, que va a abrir en diez minutos.
-¡Alberto! ¡Ya estás aquí!
-¿Llevas mucho esperando?
-No, unos cinco minutos, pero es que yo he bajado muy pronto.
Pusieron rumbo al bosque. El trabajo, era una simple excusa para ir con Alberto. Al llegar, Alberto cogió un diente de león y se lo enseñó a Teresa.
-Es mi flor preferida. Me gusta mucho soplarlas y que sus hojas vuelen por ahí. ¿Te gustan, Teresa?
-La verdad, no mucho, porque tengo alergia, entonces no puedo tocarlas ni nada de eso.
-Una pena, ¿quieres que vayamos a otro lado?
-No, da igual. Alberto, tengo que decirte una cosa, más bien, confeserte una cosa.
-Tú dirás, soy todo oídos.
-Lo del trabajo es mentira, solo era una excusa para estar contigo. A Carol, a Clara, a Sonia y a mí nos gustas desde que teníamos diez años. Nos pusimos de acuerdo para que cada día una te pidiera salir. Clara y Carol se hicieron invisibles, por raro que parezca, para estar muy cerca de tí. Te pido perdón de parte de todas nosotras.
Todas se levantaron del susto. Todo era un sueño. Se hacían muchísimas preguntas: ¿Por qué habían soñado todas lo mismo? ¿Qué era esa extraña máquina que las convertía en invisibles? Y sobre todo, ¿quién era Alberto? Tal vez esos sueños no significaban nada, eran solo sueños, o tal vez lo significaran todo, eran premoniciones.

viernes, 25 de junio de 2010

INVISIBLES

¿ESTÁS AHÍ, SONIA?
-Debeis recordar que la letra griega "pi" es igual a tres coma catorce.
A Sonia, todo lo dado durante la mañana le sonaba a chino. Había estado pensando cómo sería su tarde con Alberto, qué se pondría, qué podrían hacer, y todo lo que le decían le entraba por un oído y le salía por el otro. Hasta que se dio cuenta Mónica, la profesora.
-¡Sonia! Llevas toda la mañana pensando en tus cosas. Para recuperar el tiempo perdido, vas a venir esta tarde de cuatro a cinco.
Ese "de cuatro a cinco", les sonó muy, muy mal. Parecía como si fuera de cuatro a cinco con opción de más.
-No te preocupes, Sonia, ya verás como es solo una hora.-La consoló Clara.-A mí una vez me castigó Mónica, qué casualidad, de cuatro a seis y me dejó irme a las cuatro y media.
-¡Ójala me pase a mí eso!
A las cinco menos veinticinco, Mónica le dijo a Sonia:"Parece que tienes prisa, así que vete, pero mañana no te quiero ver en la luna de Valencia."
-Vale, gracias Mónica. Te prometo que mañana estaré más atenta.
En ese momento llamaron a la puerta, que estaba de espaldas a Sonia. Entró, y Sonia, que solía pecar a veces de cotilla, se dio la vuelta para ver quien era. Su corazón le empezó a latir a cien por hora porque la persona misteriosa era Alberto. Entró en la clase, se acercó a la mesa de Mónica y le preguntó:
-Mónica, ¿me puedo ir ya?
-Bueno, venga vete.
Cuando iba a salir, Mónica le llamó:
-Alberto, hazme un favor, espera a Sonia y salís los dos juntos.
-Vale.
Sonia recogió los libros y el estuche rápidamente y cogió el abrigo y la bufanda.
-¿Vamos?
-Claro, adiós Mónica.
-Adiós tortolitos.
Sonia empezó a estar en su mundo, a imaginarse lo que sería que fueran de verdad novios. en c ambio Alberto miró de reojo a Mónica y después a Sonia.
-¿Estas ahí, Sonia?
Sacudió la cabeza despertando de su sueño
-Sí, aquí estoy. Oye, ese estuche que llevas, ¿de qué instrumento es?
-Es una flauta, pero la toco muy mal. No me gusta nada. Mi madre se empeñó en que me apuntara a clases porque ella de pequeña también tocaba.
-¿Me tocas un poco?
-Aquí me da un poco de vergüenza, pero conozco un parque en el que suelo tocar.
-Vaya, me móvil, debe ser mi madre, para ver si ya he salido-Sacó el móvil y ponía "Teresa llamando".-No, es Teresa. Dime.
-Hola, nada, que si quieres ser invisible.
-No, no, abortamos la operación. luego os llamo.
Fueron al parque, que era precioso, lleno de flores de colores y gente tocando música.
-Ven, aquí es donde me gusta tocar. Huele bien, está a la sombra, en un lugar apartado pero a la vez cercano...
Empezó a tocar una melodía muy lenta, que hizo que Sonia se metiera otra vez en su mundo. "Parece un ángel. ¿Estoy alucinando o tiene alas de verdad?" Cuando acabó, Sonia ni se enteró, porque la melodía parecía que la seguían tocando los árboles.
-Tierra llamando al Planeta de Sonia. ¿Qué te pasa esta tarde?
-No, nada, es que estoy en mi mundo.
-Oye, no, nada, que me tengo que ir.
-Sí, yo también, es muy tarde y mi madre no sabe que estoy aquí.
-Bueno, pues nada. Nos vemos mañana en el colegio.
Alberto saltó del árbol en el que estaba sentado, metió la flauta, cerró el estuche y se fue. "Carol tenía razón. No hacía falta ser invisibles para acercarnos a Alberto."


¿Qué pasará en el siguiente capítulo: Perfeccionismo puro y duro?

domingo, 20 de junio de 2010

MUERTE DE UN PREMIO NOBEL

Esta vez no escribimos para contaros un cuento, desgraciadamente es algo mucho más triste. Hablamos de la muerte de uno de los escritores portugueses más importantes del siglo XX, por no decir el que más: José Saramago. Murió el pasado viernes en el pueblo de Tías, en Las Palmas de Gran Canaria. Él nació en Azinhaga, en el distrito de Santarém el 16 de noviembre de 1922. Se tuvo que trasladar a la isla de Lanzarote debido a una de sus novelas, El Evangelio según Jesucristo, que le catapultó hacia la fama debido a la polémica. José ganó el Premio Nobel de Literatura en el año 1998. La Academia Sueca destacó en él "la capacidad de volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía". Entre sus premios más importantes destacan mas de diez Doctor Honoris Causa, Caballero de la Orden de las Artes y de las Letras o Grande Premio de Novela e Romance. Sus obras han sido premiadas en Panamá, España, Francia, España, Portugal, Mexico, Brasil, El Salvador, Costa Rica, Reino Unido, Italia, Argentina...

Te recomendamos, posiblemente, el mejor libro de Saramago, y por el que ganó el Premio Nobel: Ensayo sobre la ceguera.

viernes, 18 de junio de 2010

INVISIBLES

LA CITA DE CLARA
-¿Qué tal la cita? ¿Qué hicisteis? ¿Te lo pasaste bien?
-¡No la agobies, Clara!
-Era para saber como actuar, si me pide salir con él, porque hoy me toca a mí.
-Mira, para empezar, no te pongas nerviosa, y actúa con naturalidad, como tú seas, así debes actuar.
-Clara, es la hora. Ahora está saliendo de la academia de inglés. Está en la Calle Santa Isabel, arriba del todo,cerca del parque.

Clara estaba emocionadísima, y cuando vio a Alberto con una chica rubia, le dio un vuelco al corazón. En ese momento, se convirtió en invisible. Se acercó a él, para escuchar la conversación, pero a pocos pasos de ellos, se despidieron y se fueron. Clara siguió a Alberto, y cuando estaba en la Calle donde él vivía, llamó a Teresa.
-Teresa, volver a ser visible.
Y colgó. Teresa volvió a pulsar el botón y Clara volvió a ser visible.
-¡Alberto!
-Hola, eres Clara ¿verdad?
-Sí, la misma. Te quería decir que si te apetece venir conmigo al parque.
-¿A cuál?
-¿Qué te parece al de los enamorados?-Se detuvo, pensó en sus palabras y dijo.-O a otro, si tú no quieres.
-No, prefiero al de los enamorados. ¿Cuándo?
-No sé... ¿ahora?
-Vale, vamos.
Empezaron a andar en dirección al parque. Clara había actúado como era ella, directa, y ahora no iba a dejar de serlo.
-¿Quién era esa chica?
-¿Quién?
-Con la que hablabas en el parque.
-¿Ella? Mi prima. Le estaba explicando un problema de mates. No se le dan muy bien, y a veces la ayudo.
Clara respiró tranquila. "Menos mal, vaya susto", pensó.
-¡Cómo se está poniendo el cielo! Parece que va a nevar. Estamos en fechas de ello.
-Sí, la verdad es que sí. ¿Te gusta la nieve?
-Sí, me gusta mucho. Los muñecos, las guerras...
-A mí tambien me gustan mucho.
Y efectivamente, se puso a nevar.
-¡Qué frío! Le tenía que haber hecho caso a mi madre y haberme puesto los guantes. Se me estan poniendo las manos rojas.
-Ven, mete las manos en mis bolsillos.
Clara metió las manos en los bolsillos de Alberto, y por primera vez, alguna de las cuatro le tocó.
-¿Tienes hora?
-Sí, las...¡ocho y media! Me tengo que ir. Lo siento. Adiós.
-Adiós.


¿Vas a esperar a "¿Estás ahí, Sonia?

sábado, 12 de junio de 2010

INVISIBLES

CAROL
De camino al campo de baloncesto, Carol dijo:
-¿Pero cómo vamos a hablar con él si somos invisibles? Además, no creo que lo mejor sea que las cuatro estemos juntas detrás de él.
-Sí, yo opino lo mismo.-Aprobó Teresa.- Creo que lo mejor será que establezcamos un orden. ¿Quién es la primera?
-Carol, que es la primera por orden alfabético, después Clara, luego yo y por último Teresa.
-No, yo la primera no, que me da mucha vergüenza.
-Venga, Carol, si no va a ser para tanto, venga, vete, nosotras vamos a la pastelería, si necesitas algo, nos llamas.
Clara, Teresa y Sonia se fueron y Carol, aunque no quería, se dirigió hacia el campo de baloncesto. Cuando llegó, estaban muchos chicos y chicas jugando, unos al baloncesto y otros simplemente corriendo. Entre el equipo de los chicos, Carol vio a un chico alto y delgado, que corría como un rayo.
"Es él, es Alberto. ¡Qué guapo es!",dijo Carol.
Carol se acercó y empezó a correr detrás de él. Carol se sentía muy feliz. Era la primera vez que estaba tan cerca de Alberto si que le diera vergüenza.
-¡Me aburro como una ostra!-Se quejó Sonia-¿Por qué no volvemos a ser normales?
-¿Y si le afecta a Carol?
-No lo creo, mi padre no me dijo nada de eso.
-Pues ya está, vamos al baño y allí nos reconvertimos.
Mientras Carol estaba corriendo, sintió un nuevo escalofrío, esta vez desde la cabeza a los pies, y, al igual que antes, iba apareciendo a la vez que el temblor. Carol se asustó, y antes de que apareciera del todo, corrió hasta detrás de las gradas. Cuando terminó de aparecer, volvió a salir, hasta que se acabó el entrenamiento. Cuando estaba saliendo por la puerta, ella oyó que alguien gritaba su nombre. Al darse la vuelta para ver quien la llamaba, se sorprendió que quien había sido era Alberto y que iba corriendo hacia ella. Mientras él se acercaba, Carol se peinó un poco y esperó a que Alberto se acercara.
-Hola Carol.
-Hola Alberto.
-Que había pensado que podíamos quedar para dar una vuelta, o bueno, no sé.
-Gracias. ¿Cuando?
-¿Qué te parece ahora?
-¿Ahora?
-¿Qué pasa? ¿No puedes?
-Sí, claro que puedo, pero, me has pillado un poco de sorpresa.
-Bueno, pues vamos.
Fueron andando hasta la playa y hablaron, básicamente, de baloncesto.
-El partido del sábado es muy importante. Si lo ganamos, entraremos en la Liga Masculina, sin mas, sin la B detras.
Cuando llegaron a la playa, Alberto cogió un palo y se lo dio a Carol.
-Dibuja en lo que estas pensando ahora.
Carol se lo pensó mucho y al final, empezó a dibujar en la arena. Había dibujado un corazón.
-¿Un corazón? ¿Te gusta alguien?
-Sí.
-¿Y lo conozco?
-Creo que sí.
Durante unos momentos ninguno de los dos habló. Carol, para romper el hielo, le dio el palo a Alberto y le dijo:
-Venga, te toca.
Alberto empezó a dibujar y, al ver que tardaba mucho, Carol pensó: "Creo que me está dibujando a mí". Cuando terminó, Carol movía la cabeza intentando ncontrar su cara en el dibujo, pero no lo encontraba.
-¿Sabes lo que es?
-No, la verdad es que no.
-Es una cancha de baloncesto, aquí estoy yo, todos mis compañeros, y mira, aquí estas tú, mirando el partido.
-¡Qué tarde es! Me tengo que ir. Adiós. ¡Nos vemos!
Carol salió corriendo y se dio la vuelta para ver que hacía Alberto, y estaba cabizbajo, dando patadas a una piedra, como si estuviera apenado porque Carol se hubiera ido.
-Ha sido el mejor día de mi vida.

Si quieres saber mas, espera a La Cita de Clara.

miércoles, 5 de mayo de 2010

INVISIBLES

LA MÁQUINA
Eran las cinco y media, y Carol ya se preparaba para salir con sus amigas: Sonia, Clara y Teresa. Nada más salir por la puerta le sonó el móvil. Era Teresa.
-Oye, que dice mi madre que como va a llover, que vengáis a mi casa, si queréis claro.
-Vale, en diez minutos estoy en tu casa.
Carol corrió, porque las primeras gotitas de lluvia ya empezaban a caer. Al llegar al portal de Teresa, Clara estaba llamando. Subieron las dos juntas, y en el ascensor, Clara le dijo a Carol.
-Mira lo que tengo aquí. Es un aparato de cuando mi padre era pequeño. Dice que te hace invisible.
-No digas bobadas, Clara. Nadie puede hacerse invisible.
-Que si, que ayer mi hermano y yo lo probamos y funciona. Así que lo he traído para, ya sabes.
-No lo estas diciendo por lo que creo, ¿no?
-Sí, ¿a que es genial? Por fin podremos estar a su lado.
-Estas loca.
En ese momento Teresa abrió la puerta. Entraron y en un sillón estaba ya Sonia. Clara contó a las que faltaban su alocada idea, aunque ni a Teresa ni a Sonia les parecía mala idea.
-¿Pero estamos locas o qué? ¡Es una real bobada!
-A ver Carol, no me digas que no te gustaría estar cerca de Alberto.
-Sí, sí que me gustaría, pero...
-No hay excusa. Vamos a volvernos invisibles y vamos a ir junto a él.
Un suspiro pronunciado por todas a la vez se escuchó en toda la habitación, incluso, Jorge, el hermano pequeño de Teresa, y sus amigos, lo escucharon.
-¿De qué está hablando tu hermana con sus amigas?
-Seguro que de bobadas, no hay que hacerlas caso. ¡Venga que te toca tirar!
-Mi padre me ha dicho que debemos poner todas las manos y pulsar el botón verde. Cuando queramos volver a ser normales, volvemos a hacer lo mismo pero pulsamos el botín rojo. ¿Preparadas? ¿Listas?
Algunas de las manos empezaban a temblar, pero antes de que alguna quitara las manos, Clara pulsó el botón.
Todas sintieron un escalofrío, que empezaba en los dedos de los pies y acababa en la cabeza. Conforme el temblor iba subiendo por sus cuerpos, ellas iban desapareciendo, aunque ellas no lo notaran. Se oían, se veían, se sentían y se olían exactamente como antes.
-¡Venga, nos vamos!-Exclamó Teresa, que no se lo acababa de creer.-¡No hay tiempo que perder!
-¿Y tu madre? Ella no nos ve y no podemos dejarla plantada.
-No os preocupeis por mi madre, le dejamos una nota y listo.
"Mamá, nos hemos acordado que tenemos que recoger un libro de la biblioteca con mucha urgencia. En una o dos horas creemos que estaremos aquí. Teresa."
Fueron a coger sus bolsos, pero no podían.
-No vamos a dejarlos aquí para que los vea mi madre. Vamos a meterlos en el armario.
Después de guardarlos, cerraron al puerta con mucho cuidado y se fueron.



Si quieres saber más, espera la siguiente entrega: Carol.








domingo, 2 de mayo de 2010

LOS SÁBADOS SECRETOS DE LA FAMILIA SANCHEZ

Todos los viernes era igual: Los amigos y amigas de los chicos les invitaban a hacer un montón de cosas, desde ir a dormir a su casa, ir al cine o a la biblioteca, pero siempre tenían que hacer cosas.
-Josefina, voy a celebrar mi cumpleaños el sábado en la heladería al lado de mi casa. Vendrás, ¿no?
-No creo que pueda, tenemos que llevar a mi abuela al pueblo, que va a hacer obras y los obreros es el único día que pueden ir.
-Pues entonces nada. Oye, el sábado pasado te llamé para preguntarte los deberes de Mates y por lo visto tampoco estabais.-Le preguntó Sofía a Josefina, la hija mayor de los Sanchez.
-No, fuimos a comer a casa de mi prima que vive a casi cincuenta kilómetros, entonces se nos hizo muy tarde y al final vinimos a las diez de la noche.
Todo eso que le había contestado Josefina a Sofía era mentira, pero ella sabía que su mejor amiga nunca se enteraría de todas las mentiras que le llevaba contando desde hacia, mas o menos, cinco años. Los padres de Josefina y de los gemelos, Javier y Juan, se llamaban Sandra y Mario. Ellos, cuando tenían la edad de los gemelos, unos seis años, se enteraron de que eran superheroes. Durante la semana actuaba una chica desconocida para toda la familia Sanchez. Por la poca información que habia en la Biblioteca Secreta, se llamaba Sanch, ese era su apellido, su nombre: DESCONOCIDO.
-¿Por qué el peligro solo es los sábados?- Preguntó Javier, uno de los gemelos, mientras volaban hacia París- Ayer me invitaron a casa de Marina y le dije que que nos teníamos que ir al pueblo.
-Bueno,- contestó Josefina- no te quejes, que yo me estoy perdiendo el cumpleaños de mi mejor amiga.
-Bueno chicos,- Dijo Sandra, la madre, intentando quitarle hierro al asunto-a lo mejor Sofía está celebrando su cumpleaños y Marina está en su casa con los demás niños, pero nadie está llendo a París.
-Sí, Carlos se iba a Paría hoy con su padre.
-¿Pero a qué no va volando sin ningún aparato?
Allí nadie pudo hablar, porque su madre tenía razón. Estuvieron largo rato sin hablar, hasta que Maio divisó París.
-¡Tierra a la vista! París, con el Louvre y su Mona Lisa, con el Río Sena y por supuesto con su Torre Eiffel.

La familia aterrizó en lo alto de la Torre Eiffel y bajaron rapidamente para comenzar su misión.
-Voy a llamar a la abuela,-Dijo Josefina cuando se acordó de que debía llamar a su abuela para que supiera que habían llegado a París.- Debe estar preocupada.
-Sí, yo voy a llamar a Dal para que nos dé las instrucciones de nuestra misión.
Por lo que les había dicho Dal, su primera parada era en el "Mercado de Las Pulgas".
-¡Qué asco! Yo ahí no voy, me voy de tiendas y nos vemos en la siguiente parada.-Dijo Josefina
-De eso nada, jovencita. Tú te vienes con nosotros y luego ya compraremos llaveritos de la Torre Eiffel.

Después de casi tres horas por París, el caso del robo del pañuelo de seda estaba resuelto. ¿No os lo había dicho? entonces, tendré que contarlo. Resulta que a una señora llamada Claire, mientras dormía a las orillas del Río Sena le habían robado el pañuelo de seda que le ghabía regalado su bisabuela. Y al final lo había robado un niño para regalarselo a su madre por su cumpleaños, y la señora Claire le regaló el pañuelo.


El lunes, a las ocho, llegó Sofía corriendo
-Josefina, al final no celebré mi cumpleaños porque mi hermano se cayó y se rompió un dedo de un pie así que al final no lo celebré. Lo celebro el viernes, ¿vale?
-¡Vale!
A las nueve, a la hora en la que entraban los de primaria al cole, fueron Javier y Juan a ver que tal se lo habían pasado Marina y los demás en si casa.
-Pues mal, porque cuando estabamos merendando, fue Marco, tiró una pelota contra una lampara, se cayó contra el acuario de mi padre y todos los peces se salieron.
-Vaya, lo siento.
-No importa, no se murió ninguno. Mi madre me ha dicho que si quereis que podeis venir el domingo a comer. ¿Podeis?
-El domingo... ¡Sí!

jueves, 29 de abril de 2010

LA VIDA DE KARINA II

¡Hola! La mayoría ya me conocéis pero por si acaso voy a presentarme: me llamo Karina y nací en el año 1979.
Voy a seguir contándoos la aventura del otro día, cuando conocí a Raúl.

Para empezar después de aquel día en el descampado, cuando Raúl y yo nos besamos, nos da vergüenza mirarnos, apenas hablamos e incluso nos intentamos evitar en el instituto. Y claro, yo no podía permitir que nos separásemos de aquella manera después de lo que había pasado. Y no se me ocurrió otra cosa que esperarle en la puerta de su casa, a las siete menos veinte. Era enero y hacía un frío que pelaba, pero aún así salí rápidamente de casa y esperé en el nº 24 de la calle Viernes.
Raúl tardó bastante en bajar y cuando me vio se puso rojo e intentó esquivarme, pero yo le llamé. Él, al fin, se dio la vuelta y se acercó hacia donde yo estaba.
Yo le dije:
-¿Raúl que te pasa? ¿Estás enfadado conmigo?
-¡No!-contestó bruscamente
-¿Ya no te caigo bien? ¿Es todo por lo que pasó en el descampado?
-Déjalo, no quiero hablar del tema...
-¡Pero yo si!
-Esta tarde a las 18:30 en la ermita abandonada-dijo mientras cerraba la puerta.

Las horas en clase se me hicieron eternas, no podía dejar de pensar en aquella frase. Nada más salir de clase, fui corriendo a mi casa para intentar verle. Cuando crucé la esquina me di cuenta de que estaba en la frutería comprando el pan.
-¡Raúl, Raúl!

-Tengo prisa, me están esperando para comer.
-A mí también pero quiero hablar contigo.

-Tengo prisa, me esperan, y como te he dicho esta mañana, a las 18:30 en la ermita abandonada.

Entonces, se dio la vuelta y se fue. No sabía que me iba a decir, y creo que esas tres horas fueron las peores de mi vida. A las seis menos cuarto me puse el abrigo y cuando abrí la puerta, mi abuelo se despertó:

-¿A dónde vas, Karina?
-Tranquilo abuelo, voy al instituto.

-¿Te han castigado?
-No, pero el profesor de lengua ha dicho que los que queramos podemos ir esta tarde a repasar la lección.

-Bueno, bueno. ¿Luego me vas a buscar al Bar de Tolín?
-Sí, usted no se preocupe que le voy a buscar. Adiós.


Sabía que llegaba pronto, prontísimo mejor dicho, pero los nervios no me dejaban estar en casa. Corrí hacia la ermita, y a las seis ya estaba allí. No sabía si entra o qué hacer, así que me llené de valor y entré. Las paredes blancas y el techo medio en ruinas dejaban ver perfectamente aquella sala. En la primera fila, había un chico, sentado que no paraba de mirar de un lado para otro hasta que por fín se dio la vuelta y le pude ver la cara. Era, sin lugar a dudas, Raúl. Se había arreglado, se había peinado y olía bien.
-Hola, Karina.

-Hola, Raúl.
-Sientate por favor.

-Claro. ¿Qué te ocurre conmigo, Raúl? Me evitas, no me hablas y...
-Karina, calla.-Me interrumpió- Desde aquel día sé que no me he portado como un caballero precisamente, pero es que ese mismo día mis padres me habían dicho que me iba de Madrid.

-¿Qué? No puede ser. Si no llevas aquí ni seis meses.
-Ya, lo peor es que no nos vamos toda la familia, solo me voy yo.

-¿Cómo que solo te vas tú?
-Sí, como he suspendido esta evaluación, y en el otro colegio me quedaron tres, me mandan a un internado.

-No te puedes ir, Raúl.-Entonces, me volví valiente de repente y le dije-Te quiero.
-Y yo también, pero no hay vuelta atrás. La decisión es firme. Ayer mismo fuimos a ver el internado y mis cosas ya están empaquetadas.

-¿Y si yo hablara con tus padres?-Yo sabía que no serviría para nada, pero la esperanza es lo último que se pierde.
-No creo que valga la pena. Aunque bueno, por intentarlo no perdemos nada.

-Vale, ¿cuándo puedo ir a tu casa, que esten tus dos padres y que tú no estes?

-Pues, mi hermana va mañana a ballet de cinco a seis y media. Yo me voy a la biblioteca a esa hora y ya está, todo listo.
-De acuerdo allí estaré.

Continuará...

martes, 6 de abril de 2010

LA ISLA SECRETA III

CUANDO TODO SE SOLUCIONA

A la media hora, mas o menos, estaban en el puerto del pequeño pueblo de Lucía.
-Lucía, ¿sabes ir sola a casa?-Le preguntó Layla-¿Necesitas que te acompañe?
-No, gracias, es muy sencillo ir, solo tengo que bajar esta calle.
-Lucía, no hace falta que te vuelva a repetir que lo que has visto en la isla no se lo puedes contar a nadie. Es un secreto entre tú y yo.
-Y Dora.
-Y Dora, es verdad.
En ese momento Layla se dio la vuelta y se monto en un coche rojo. Lucía apuntó la matrícula: A 502362.
-¡Qué raro!- Exclamó Lucía- Esa matrícula no es de aquí.
Bajó toda la calle corriendo, tenia unas ganas tremendas de ver a sus padres, pero, cuando faltaban solo un par de bocacalles que cruzar, se dio cuenta de que sus padres, incluso la policía le harían preguntas, y si quería seguir investigando, debería inventarse una buena excusa para haber faltado tres días a casa.
-Ya sé. Diremos que me fuí al Festival De Rock, aunque a mí no me gusta, y que no se lo dije porque sabia que no me dejarían. Y no había llamado porque el móvil se me quedo sin batería.
Ya si que se había quitado un peso de encima, y ahora corrió mas que antes. Cuando llego a su
casa, aporreó la puerta, y una mujer morena y baja abrió la puerta.
-¡Lucía, ha llegado Lucía!-Gritó, corriendo a llamar a los padres de Lucía, que en cuanto vieron a su hija, la abrazaron.
Ella les explicó la falsa excusa y, contra todo pronóstico, sus padres no se enfadaron, solo se disgustaron porque Lucía no les hubiera dicho nada. los siguientes días en casa de Lucía transcurrieron con total normalidad, pero Lucía no se quitaba de la cabeza el submarino, la isla y sobre todo, a Layla. Un día, cuando se levanto, se vistió y fue en bici a casa de su mejor amigo, Oscar.
-Hola Oscar, siento haberte despertado, pero me tienes que ayudar.
Lucía le contó todo lo de la isla, lo del móvil que las había salvado y el secreto que tenían que guardar. Al principio Oscar no quería participar, pero cuando Lucía le contó lo del submarino, eso le convenció del todo. Oscar, desde que tenia cinco años, decía que iba a explorar el fondo del mar y que lucharía con peces tres veces mas grandes que él y que encontraría nuevas especies...
Pasados dos o tres días, Óscar y Lucía se fueron hacia la cueva donde había comenzado todo. Pero lo que ocurrió no se parecía en nada a lo que les pasó a Lucía y a Dora: nada de una piedra violeta, ni de una caída extraña, ni de un pasillo blanco y luminoso, ni un submarino, al final, no pasó nada de nada. Cuando los niños salieron de la cueva, cabizbajos y Óscar un poco enfadado porque pensaba que Lucía le había mentido, pasó un coche, rojo que iba levantando mucho polvo a su paso. Cuando pasó por delante de Lucía, la chica que iba en el asiento del copiloto se giró y se quedó mirando a Lucía. La chica era rubia y llevaba unas grandes gafas. El coche pasó y Lucía miró la matrícula: A 502362.
-¡Es Layla! ¡La chica que iba en ese coche es Layla! ¡A 502362, la matrícula del coche rojo de Layla!
-¿Por qué estás tan feliz? En teoría ella es mala, ¿no?
-Pero, ¿y si no lo es?¿Y si es buena y nos quiere ayudar?
-Esa matrícula no es de aquí, prácticamente me se todas las matrículas del mundo, y con toda certeza te puedo decir que esa matrícula es de Australia, de ahí la A.
Justo cuando Óscar acabó de decir esto, el coche rojo volvió a apsar esta vez con Layla conduciendo. El coche paró en seco delante de los chicos, levantando aún más polvo que cuando estaba en marcha. La puerta se abrió y, efectivamente, la chica rubia era Layla. Bajó con toda la raya de maquillaje que se había pintado bajo los ojos corrida y llorando a mares.
-¡Mi compañero, mi compañero! Le han matado, le han matado.
-Tranquila Layla, no te preocupes, te ayudaremos, él es Óscar, un amigo mío.
-¿Quién le ha matado?
En ese momento, vieron que iba corriendo hacia ellos Dora, y no parecía que corriera precisamente para jugar. Cada poco miraba hacia atrás y ladraba mucho. Caundo llegó hacia los niños, de detrás de un árbol salió un hombre que corría, pero cuando vio a los chicos y a Layla, se paró, aunque seguía andando y le dijo a Lucía, con voz grave:"Tú debes morir"


-¡Aaaaaaaaaah!
Lucía estaba sudando y tenía miedo.
-¡Menos mal, solo ha sido un sueño!
Miró a Dora que estaba dormida, y se levantó para acariciarla. Luego, se sentó en la cama, abrió el cajón de su mesilla de noche, sacó el libro que debia leer para clase, miró el reloj: 3:45, y pensó:"Mejor voy a dormir, que mañana tengo tres exámenes!. Se tumbó sobre la cama, guardó el libro y cerró los ojos.
-Mañana será otro día.



lunes, 5 de abril de 2010

¿DÓNDE ESTÁ CATALINA?

- Y con todos ustedes....-dijo, mejor dicho, gritó el comentarista a través de los altavoces- la fantástica, la inigualable...¡Catalina, la elefante bailarina!
Todo el mundo que estaba en la charca viendo el espectáculo se levantó y empezó a aplaudir, pero, Catalina no salía. Detrás del escenario, todo el mundo gritaba:¿Dónde está Catalina?¿Dónde está Catalina? Allí no había nada suyo, así que eso indicaba que se había ido por su propio pie.
-Debemos llamar a alguien, el espectáculo debe continuar.-Decía, nerviosa, Dora la coordinadora. -Yo conozco a alguien.-Dijo Gero, el cartero- Se dice llamar Uribe, detective.
-Pues llamémosle, Catalina es casi el centro del espectáculo.-Añadió su primo Blaso, el payaso.-Mi prima debe aparecer.
Entonces, todos corrieron hacia el telefóno, y sin saber muy bien por qué, se pelearon por cogerlo y llamar a Uribe el detective, con tal mala fortuna que el aparato salió disparado hacia el techo y luego directo al suelo, quedando el teléfono hecho trozos tan pequeños, que ni Joaquín el albañil podría arreglarlo.
-Bueno, sabemos que vive en Motilla de Cado, el pueblo de al lado, así que vamos.
Todas los animales que estaban en la charca, se levantaron y fueron hacia Motilla de Cado. Allí en la Calle Principal, encontraron a Uribe, el detective.
-Buenos días, tiene que venir a nuestro pueblo, Catalina la bailarina del Circo de la Luna ha desaparecido, pero sabemos que se ha ido por su propio pie. Debemos encontrarla para que continúe el espectáculo.
Como si de payasos se tratase, todos los animales que había ido a Motilla de Cado, se metieron en un coche de poco más de dos metros de ancho por tres de largo. A los pocos minutos estaban en el pueblo. Después de varias horas de analísis por los alrededores de la charca, Uribe el detective se aproximó a los animales y les dijo:
- Pues, vamos haber, hemos encontrado restos de cacahuetes, que como me han dicho es la comida favorita de catalina la bailarina. Todos los cacahuetes se acaban justo en la cueva del oso. Por lo tanto, todo apunta a que Catalina se fue a dar un paseo y...
Todos los animales gritaron, y las mejores amigas de Catalina, Cata la pata y Adriana la rana, se pusieron a llorar y se abrazaron entre ellas.
-Lo único que podemos hacer,-Dijo Uribe, el detective, intentando calmar a la muchedumbre- Es ir a comprobarlo.
Todos fueron corriendo hacia la cueva del oso y cuando llegaron, entraron gritando y diciéndole al oso:"¿Qué has hecho con Catalina? ¿Dónde está Catalina?". Y el pobre oso, estaba muy nervioso. Revolvieron toda la cueva, y cuando se iban a ir, de detrás de una roca, salió Catalina.
-Mimoso el oso no me ha cogido, es mi amigo, pero lo que ocurre es que vosotros pensais que los osos son malos animales, pero son iguales que nosotros. ¿Por qué pensamos que los osos son malos? ¿Por qué algunos de ellos son malos? Pues igual que nosotros, ¿no creéis? Pues si no aceptáis a Mimoso y a su familia, tampoco me aceptáis a mí.
-No, prima, no seas así,-Contestó Blaso.-Venga, vuelve a casa, y nosotros aceptaremos a Mimoso el oso y a toda su familia.
-¿De verdad?
-Síííííííííí-Gritaron todos.

MORALEJA: Las apariencias engañan y debemos confiar en las personas y darles una segunda oportunidad.

viernes, 26 de marzo de 2010

EL HADA ARTISTA

Os voy a presentar un hada
que quiere ser artista,
se llama Inmaculada
y también es dentista.
Sus padres no la dejan
ir a estudiar a París
porque en leche las galletas mojan
y eso no se hace en aquel país.
Entonces ella decidió huir.
-No me puedo aquí quedar
necesito partir
para ser artista necesito estudiar.
Emprendió su viaje
con alegría
¡y con un nuevo traje!
hasta llamó a su tía.
Allí la clase
le encantó, le gustó,
y nunca le dicen: ¡callése!
y allí, por primera vez bailó.








jueves, 25 de marzo de 2010

LA VIDA DE KARINA

Me llamo Karina y nací en el año 1979. Vivía con mi abuelo Gerardo, con mis padres y con mi hermana Belén. Os voy a contar un trozo de mi vida muy interesante: cuando conocí a Raúl.

Veréis, Raúl era un chico de mi barrio, el mas guapo de todos diría yo. El día que él llegó, parecía muy cortado e iba agarrado de su hermana Delia, de poco mas de dos años. En cuanto bajó del coche, mi amiga Lucía me empujó y me dijo que me ofreciera a enseñarle el barrio.Yo muerta de vergüenza, pero también de curiosidad, me acerqué lentamente:
- Hola, soy Karina...
- Ho...ho...hola...soy Raúl
-¿Quieres que te enseñe el barrio?
- Raúl asintió-
...
Los dos estábamos muy callados y no nos atrevíamos a decir nada, hasta que su hermana me invitó a que jugara a las muñecas con ella. Como acababan de llegar no fuimos a su casa, ya que estaría desordenada por la mudanza, así que se me ocurrió llevarlos al parque, si ese que está al lado del kiosco, ya sabéis el kiosco deToni.
Bueno sigo con la historia:
Al llegar me encontré con mi amiga, Lucía, que no paraba de reír y cuando yo la mire con cara de pocos amigos echó a correr.
Delia sacó sus muñecas y ella y yo nos pusimos a jugar. Después Raúl vino con nosotras y jugamos al escondite. Le tocaba contar a Raúl :
- Uno, dos, tres...
En ese momento cogí a Delia de la mano y comenzamos a correr para poder escondernos, teniendo la mala suerte de que Delia tropezó y empezó a llorar:
-Buah, buah...me duele mucho, auch..
- Tranquila Delia vamos a buscar a Raúl.
Y cogiendo a la niña en brazos fui a buscar a Raúl.
Raúl, un poco asustado al ver a Delia llorar mas que nunca antes vino corriendo hacia mi.Yo no sabía que decir, entonces senté a Delia en un banco y entre los dos latranquilizamos. Además se me ocurrió ir a casa a por una "sorpresa" para Delia:
-Hola, ya estoy aquí, mira Delia. - dije mientras mostraba una preciosa muñeca de porcelana con los ojos azul turquesa.
-¿Qué es eso? ¿Es para mi?- preguntó Delia
-Si, es para ti, ¿te gusta?
-¿Como se llama?
-Mmm...¡se llama Delia!Es casi tan guapa como tú.
-Gracias..¡Te quiero!- dijo Delia mientras me abrazaba.
En ese momento Raúl nos miró atónito a las dos, y yo le esbocé una gran sonrisa, a lo que el respondió cogiéndome de la mano y abrazándome. En ese instante me di cuenta de que estaba enamorada de Raúl y los dos nos pusimos colorados...

Al día siguiente habíamos quedado para dar un paseo por el barrio, fuimos hasta el viejo descampado y nos sentamos detrás de unos escombros, Raúl me cogió la mano y entonces...¡nos besamos! Este fue uno de los mejores días de mi vida, ¡mi primer beso! ¡No me lo podía creer! Y todo gracias a mi amiga Lucía, a una caída y a mi muñeca de porcelana...

Continuará...

miércoles, 24 de marzo de 2010

¿LA CASA ENCANTADA?

Como casi todos los domingos por la tarde, Carla y su familia salieron a dar un paseo. Ese día habían variado un poco su ruta. Cuando pasaron por la calle Músicos, una extraña casa apareció ante sus ojos.
-¡Qué casa tan chula!-comentó Mario, el hermano mellizo de Carla.-Seguro que está llena de fantasmas. ¡No quiero ni pensarlo!
-A mí no me dan miedo los fantasmas pero a ti, sí. A si que, si no te da miedo esta casa, mañana venimos nosotros y otros dos amigos, ¿vale?
-Pero eso no se puede hacer a no ser que...-se detuvo Mario durante unos instantes para pensar.-¡Nos saltemos las clases!
-Eso no se puede hacer. Pero, además, mañana es fiesta.
Al día siguiente, a eso de las diez de la mañana, Carla y Yuni, su mejor amiga, Mario y Ángel se concentraron a las puertas de aquella casa.
-Carla, no pasará nada, ¿no?
-Que no, que no hay nada, pero es solo porque mi hermano es un miedica.
Mario intentó abrir la puerta delantera de la casa y "extrañamente" no se abrió , pero Carla se dió cuenta de su truco para no entrar en la casa, y con un simple empujón, la puerta se abrió.
-Vaya, vaya hermanito, una de dos, o no sabes abrir una puerta o tiene un poco de miedo.
Mario no contestó. Mientras, Yuni sacó las linternas. Cuando entraron en la casa, el "hall" oscuro y tenebroso les hizo sentir un escalofrío. Aunque apenas tenía luz, era una sala preciosa y amplia y con una lámpara de minúsculos cristales. Una escalera de caracol conducía a la planta superior.
-¿Ci-cierro la puerta?-Preguntó Ángel-Es po-por si nos ve alguien.
-Sí, tienes razón-Le contestó Yuni-Además, si el fantasma se quiere manifestar, a lo mejor se manifiesta así.-Añadió mirando a Mario.
-No se va a manifestar nadie, porque aquí no hay ningún fantasma y además, si lo hubiera, yo no le tengo miedo a nada ni a nadie.
Inspeccionaron habitación a habitación y no encontraron nada. Solo camas sucias, libros antiguos y unos cuantos trapos viejos. Extrañados por no haber encontrado nada, buscaron mas a fondo y, detrás de un armario, encontraron un agujero por el cabrían cinco o seispersonas a la vez. Entraron, cautelosos, sigilosos y sobre todo, con miedo, a aquella habitación. Era una habitación desierta, ni siquiera tenía una una triste mesa. Entonces, un viento sobrevoló la habitación. Un grito pronunciado al unísonopor los cuatro, se oyó hasta en el rincón más escondido de la casa.
-¡No gritéis, asustareis al fantasma!-gritó Mario.
-No hay ningún fantasma, es esa ventana, que está rota.
Ellos, un poco decepcionados, salieron de aquella casa, que por muy misteriosa que pareciera, "no escondía ningún misterio".
-Bien, nos hemos sabido esconder. Enhorabuena, chicos.
-¿Ellos eran fantasmas como nosotros?
-No, estaban vivos, ya habeis oído ese grito.
-Mamá, ¿son malos?
-No, solo curiosos...

sábado, 20 de marzo de 2010

ESTHER Y SUSI

Cuando a Esther la llamaban para levantarse y a ella no le apetecía, empezaba la guerra con su niñera.
-Venga Esther, levántate e iremos al parque.
-Yo no voy a ir.-Le contestó a Luisa, su niñera.-Yo me quedo aquí, con Susi.
Susi, en realidad, no existía para sus padres o para su niñera, pero para Esther era la única con la que podía jugar, por mucho que Luisa se empeñara en ser graciosa y en jugar con su muñecas.
-Cielo, Susi no existe.
-Sí que existe. Además, ¿ves que me parezca al cielo?
Luisa ya estaba casi acostumbrada a "Susi" y demás amigos, pero Leonor, la madre, y Joaquín, el padre, como que no estaban muy acostumbrados que digamos. Dos días despues, por la noche, en casa de Esther, había una fiesta.
-Vamos, cariño, ponte el vestido.-Le dijo su madre a Esther.-Te espero abajo, ¿vale?
-Mamá, es que no voy a bajar.
-¿Por qué no?
-Porque Susi no tiene vestido, y no puede bajar en vaqueros.
-Esther, no digas bobadas. Vistete ahora mismo y baja. Carla y Manuel han llegado y han traído a su hijo Pedro. Asi que vistete y llama a Luisa para que te peine.
Cuando su madre salió de su habitación, Esther abrió el armario, movió los trajes y le dijo a Susi:
-Susi, ya te puedes dejar de esconder, ya se ha ido mi mamá.
-¿Por qué todo el mundo dice que no existo? Tú si que me ves, ¿verdad?
- Claro que sí, Susi, pero es que a ellos les hacen falta unas gafas.
-Pero tu papá tiene y aún así no me ve.
-Eso es porque no son muy potentes.
-Pero entonces, ¿bajo o no bajo?
-Sí, que mas da que vayas con vaqueros.
Esther se vistió y bajó al salón donde no solo estaban Carla, Manuel y Pedro, si no que ya había bastantes más. Esther y Susi se sentaron en una esquina del sofá y se pusieron a hablar. En ese momento llegó Pedro a saludar a Esther, pero al ver que ella hablaba sola, dió un paso hacia a atrás y se fue corriendo a donde estaban sus padres.
-Mamá, Esther está allí hablando sola. Está loca.
-No, seguro que te está gastando una broma. Ve y juega con ella.
-No, yo no voy, que esta loca y a lo mejor me lo contagia.
Luego, como se estaban aburriendo, se levantaron y fueron a la cocina, con tan mala suerte que en ese mismo momento, apareció un camarero de esos que solía contratar su madre cuando había una fiesta, y tropezó con Esther, dejando volar la bandeja llena de canapés que fue directamente a la cara de Carla, la maquilladísima cara de Carla. De la vergüenza que estaba pasando Esther, subió a su habitación corriendo y cerró la puerta con el pestillo. Se tumbó en la cama y se quedó dormida.
A eso de las siete de la mañana, Esther se despertó y vio, que encima de su mesa había una nota. En ella ponía:"Esther, me he ido a dar un paseo. Si me vas a buscar, pregunta a Claudia. Vive en la calle 3ª. Ella vive a su vez con Estefanía, que es una niña más o menos de tu edad. Allí estaré hasta que tú me vayas a buscar." Esther se puso lo primero que encontró y llamó a Luisa.
-Luisa, llama a Roberto y dile que tenemos que ir a la calle 3ª.
-¿Para qué?
-Para cosas mías.
Fueron en coche hasta esa calle y recogió a Susi.
- Esther, he pensado una cosa.
-Dime.
-Ni tus padres, ni tu niñera ni nadie me ve ni me quiere,excepto tú, asi que he decidido que me voy, pero no te preocupes, me voy a casa de Claudia, asi que podrás venir a verme siempre que quieras.
-Bueno, si es lo que quieres, está bien.
Entonces, en un semáforo, Esther abrió la puerta trasera del coche y Susi se bajó.
Dos o tres días después, Esther decidió ir a ver a Susi. Cuando tocó el timbre, una niña, que como había dicho Susi, tendría la misma edad de Esther abrió la puerta.
-Hola, me llamo Esther, vengo a ver a Susi.
-Pasa, estamos tomando un té helado, porque con el calor que hace, no tomaremos un té caliente. A Esther le gustó como Estefanía trataba a Claudia y a Susi, y le gustó más aún como Susi estaba verdaderamente feliz.