Junio 2011
¡¡Nuevo número del periódico literario!! Brujas en nuestra sección de "Mitos y leyendas", un nuevo acertijo como cada mes y una frase sobre amor y guerra, para darle vueltas a la cabeza. Para descubrirlo haz click sobre "Periódico Literario", que se encuentra en la parte de arriba del blog.


viernes, 25 de junio de 2010

INVISIBLES

¿ESTÁS AHÍ, SONIA?
-Debeis recordar que la letra griega "pi" es igual a tres coma catorce.
A Sonia, todo lo dado durante la mañana le sonaba a chino. Había estado pensando cómo sería su tarde con Alberto, qué se pondría, qué podrían hacer, y todo lo que le decían le entraba por un oído y le salía por el otro. Hasta que se dio cuenta Mónica, la profesora.
-¡Sonia! Llevas toda la mañana pensando en tus cosas. Para recuperar el tiempo perdido, vas a venir esta tarde de cuatro a cinco.
Ese "de cuatro a cinco", les sonó muy, muy mal. Parecía como si fuera de cuatro a cinco con opción de más.
-No te preocupes, Sonia, ya verás como es solo una hora.-La consoló Clara.-A mí una vez me castigó Mónica, qué casualidad, de cuatro a seis y me dejó irme a las cuatro y media.
-¡Ójala me pase a mí eso!
A las cinco menos veinticinco, Mónica le dijo a Sonia:"Parece que tienes prisa, así que vete, pero mañana no te quiero ver en la luna de Valencia."
-Vale, gracias Mónica. Te prometo que mañana estaré más atenta.
En ese momento llamaron a la puerta, que estaba de espaldas a Sonia. Entró, y Sonia, que solía pecar a veces de cotilla, se dio la vuelta para ver quien era. Su corazón le empezó a latir a cien por hora porque la persona misteriosa era Alberto. Entró en la clase, se acercó a la mesa de Mónica y le preguntó:
-Mónica, ¿me puedo ir ya?
-Bueno, venga vete.
Cuando iba a salir, Mónica le llamó:
-Alberto, hazme un favor, espera a Sonia y salís los dos juntos.
-Vale.
Sonia recogió los libros y el estuche rápidamente y cogió el abrigo y la bufanda.
-¿Vamos?
-Claro, adiós Mónica.
-Adiós tortolitos.
Sonia empezó a estar en su mundo, a imaginarse lo que sería que fueran de verdad novios. en c ambio Alberto miró de reojo a Mónica y después a Sonia.
-¿Estas ahí, Sonia?
Sacudió la cabeza despertando de su sueño
-Sí, aquí estoy. Oye, ese estuche que llevas, ¿de qué instrumento es?
-Es una flauta, pero la toco muy mal. No me gusta nada. Mi madre se empeñó en que me apuntara a clases porque ella de pequeña también tocaba.
-¿Me tocas un poco?
-Aquí me da un poco de vergüenza, pero conozco un parque en el que suelo tocar.
-Vaya, me móvil, debe ser mi madre, para ver si ya he salido-Sacó el móvil y ponía "Teresa llamando".-No, es Teresa. Dime.
-Hola, nada, que si quieres ser invisible.
-No, no, abortamos la operación. luego os llamo.
Fueron al parque, que era precioso, lleno de flores de colores y gente tocando música.
-Ven, aquí es donde me gusta tocar. Huele bien, está a la sombra, en un lugar apartado pero a la vez cercano...
Empezó a tocar una melodía muy lenta, que hizo que Sonia se metiera otra vez en su mundo. "Parece un ángel. ¿Estoy alucinando o tiene alas de verdad?" Cuando acabó, Sonia ni se enteró, porque la melodía parecía que la seguían tocando los árboles.
-Tierra llamando al Planeta de Sonia. ¿Qué te pasa esta tarde?
-No, nada, es que estoy en mi mundo.
-Oye, no, nada, que me tengo que ir.
-Sí, yo también, es muy tarde y mi madre no sabe que estoy aquí.
-Bueno, pues nada. Nos vemos mañana en el colegio.
Alberto saltó del árbol en el que estaba sentado, metió la flauta, cerró el estuche y se fue. "Carol tenía razón. No hacía falta ser invisibles para acercarnos a Alberto."


¿Qué pasará en el siguiente capítulo: Perfeccionismo puro y duro?

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