Junio 2011
¡¡Nuevo número del periódico literario!! Brujas en nuestra sección de "Mitos y leyendas", un nuevo acertijo como cada mes y una frase sobre amor y guerra, para darle vueltas a la cabeza. Para descubrirlo haz click sobre "Periódico Literario", que se encuentra en la parte de arriba del blog.


jueves, 1 de julio de 2010

HAZME UN HUECO

Hola a todos. Me llamo Verónica Cube y os voy a contar como llegué a ser una diseñadora de moda famosa internacionalmente. Desde pequeña quise ser diseñadora, pero no de esas que hacían prendas que no se podían vestir normalmente y que sus modelos eran como maniquíes, "palos vestidos", como suele decir mi tía. Bueno, vamos al grano. Todo comenzó cuando yo tenía veinte años. Sólo faltaban seis días para cumplir los veintiuno. Por entonces yo trabajaba en la tienda de ropa de mi madre. Estábamos en rebajas y eran imposible ver a todo el mundo. Entonces, una señora mayor, alta, delgada, con el pelo recogido en un moño y un traje de chaqueta y falda gris se me acercó al mostrador en el que yo cobraba a las clientas.
-Hola.-le dije mientras ella me daba el pañuelo de seda rosa que se disponía a comprar.-Son diez euros, por favor.
Mientras ella me daba el dinero, me dijo:
-Me llamo Abril Silva. Soy la dueña de una importante marca de moda: Abril Silva's moda. Me gustaría contratarte en fase de pruebas para que me hagas unas prendas para la colección primavera- verano 2010. ¿Qué te parece?
-¿Me lo está preguntando de verdad? Por supuesto que quiero.
-Muy bien, te espero mañana en París. ¡Hasta mañana!
Me dejó con la palabra en la boca. Además, ¿cómo iba a conseguir un billete de avión en menos de veinticuatro horas? Lo único que podía hacer es llamar a un amigo mío que trabajaba en una agencia de viajes. Y aunque trabajaba ahí, le costó mucho trabbajo encontrarme un vuelo a la hora adecuada y con el precio adecuado.

Cuando llegué al aeropuerto "Charles de Gaulle", había un hombre con un cartel en el que ponía "Verónica Cube". No sabía que hacer, si ir o no ir hacia él. Al final, decidí ir hacia él. ¿Sabeis qué pensé? "Si no he tenido miedo a venir a París por invitación de una desconocida, aunque conocida diseñadora de ropa, ¿voy a tenerlo de su posible mayordomo?" El mayordomo de Abril me llevó hasta el "Boulevard de Sébastol". Esa calle era preciosa. Allí, en uno de los múltiples edificios que había en ella, entramos Pierre (así se llamaba el mayordomo) y yo. Subimos dos pisos y allí, en letras grandes ponía en un cartel: "Ètudie de mode Abril Silva". Entramos y mis nervios eran cada vez más fuertes. Una chica estaba en el mostrador de entrada. Al ir hacia ella, Pierre se dio la vuelta y se fue. Yo, que ni sabía ni entendía nada de francés, tuve que hablar con ella. La verdad, ni me enteré yo de lo que me dijo, ni se enteró ella. Menos mal, que ella al ver que no nos entendíamos, habló por el teléfono con alguien. De esa conversación solo entendí mi nombre. La recepcionista me indicó un sillón, y yo interpreté que era que me sentara a esperar a alguien. A los cinco minutos de sentarme, apareció Abril, esta vez con una traje de chaqueta y pantalón negros. Me llevó hasta su despacho, allí nos sentamos en un sofá y empezó a enseñarme todos y cada uno de los diseños que habían hecho sus trabajadores. "Yo no soy diseñadora, sólo soy la dueña de un gran Emporio de Moda", eso es lo que me dijo. Me cayó muy bien, aunque era un poco estirada. Entonces, firmé el contrato y empezé a trabajar allí. En principio era solo para un año, pero al ver que yo trabajaba tan bien, me alargó el contrato dos años más. A los dos años y medio de estar allí, Abril me ofreció dejar de trabajar para ella y montar mi propio Estudio. Me pareció una idea descabellada. Tampoco sabía tanto de moda, me limitaba a hacer lo que más me gustaba, diseñar, pero no sabía cómo contratar a la gente, ni cómo llevar las cuentas, prácticamente no sabía hacer nada. Abril me dijo que eso no era problema, que ella tampoco nació enseñada y que las cosas se aprenden. A los dos meses, me trasladé a Madrid, donde estaría mi Estudio. Poco antes de cumplir los veinticuatro abrí mi estudio de moda, apoyada incondicionalmente por Abril, por mi mejor amiga Gloria y por toda mi familia. Al principio era un estudio pequeño pero poco a poco se fue haciendo más y más grande. Hasta que un día , y gracias a Abril, me ofrecieron participar en la Madrid Fashion Week. No me lo pensé dos veces y dije sí. Ese, según los periódicos, revistas y televisiones, fue mi lanzamiento directo al estrellato. Desde entonces, no me dejaron de dar premios, encargos y reportajes. Y así fue como me hize una diseñadora famosa, con los pies en el suelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario