Junio 2011
¡¡Nuevo número del periódico literario!! Brujas en nuestra sección de "Mitos y leyendas", un nuevo acertijo como cada mes y una frase sobre amor y guerra, para darle vueltas a la cabeza. Para descubrirlo haz click sobre "Periódico Literario", que se encuentra en la parte de arriba del blog.


sábado, 20 de marzo de 2010

ESTHER Y SUSI

Cuando a Esther la llamaban para levantarse y a ella no le apetecía, empezaba la guerra con su niñera.
-Venga Esther, levántate e iremos al parque.
-Yo no voy a ir.-Le contestó a Luisa, su niñera.-Yo me quedo aquí, con Susi.
Susi, en realidad, no existía para sus padres o para su niñera, pero para Esther era la única con la que podía jugar, por mucho que Luisa se empeñara en ser graciosa y en jugar con su muñecas.
-Cielo, Susi no existe.
-Sí que existe. Además, ¿ves que me parezca al cielo?
Luisa ya estaba casi acostumbrada a "Susi" y demás amigos, pero Leonor, la madre, y Joaquín, el padre, como que no estaban muy acostumbrados que digamos. Dos días despues, por la noche, en casa de Esther, había una fiesta.
-Vamos, cariño, ponte el vestido.-Le dijo su madre a Esther.-Te espero abajo, ¿vale?
-Mamá, es que no voy a bajar.
-¿Por qué no?
-Porque Susi no tiene vestido, y no puede bajar en vaqueros.
-Esther, no digas bobadas. Vistete ahora mismo y baja. Carla y Manuel han llegado y han traído a su hijo Pedro. Asi que vistete y llama a Luisa para que te peine.
Cuando su madre salió de su habitación, Esther abrió el armario, movió los trajes y le dijo a Susi:
-Susi, ya te puedes dejar de esconder, ya se ha ido mi mamá.
-¿Por qué todo el mundo dice que no existo? Tú si que me ves, ¿verdad?
- Claro que sí, Susi, pero es que a ellos les hacen falta unas gafas.
-Pero tu papá tiene y aún así no me ve.
-Eso es porque no son muy potentes.
-Pero entonces, ¿bajo o no bajo?
-Sí, que mas da que vayas con vaqueros.
Esther se vistió y bajó al salón donde no solo estaban Carla, Manuel y Pedro, si no que ya había bastantes más. Esther y Susi se sentaron en una esquina del sofá y se pusieron a hablar. En ese momento llegó Pedro a saludar a Esther, pero al ver que ella hablaba sola, dió un paso hacia a atrás y se fue corriendo a donde estaban sus padres.
-Mamá, Esther está allí hablando sola. Está loca.
-No, seguro que te está gastando una broma. Ve y juega con ella.
-No, yo no voy, que esta loca y a lo mejor me lo contagia.
Luego, como se estaban aburriendo, se levantaron y fueron a la cocina, con tan mala suerte que en ese mismo momento, apareció un camarero de esos que solía contratar su madre cuando había una fiesta, y tropezó con Esther, dejando volar la bandeja llena de canapés que fue directamente a la cara de Carla, la maquilladísima cara de Carla. De la vergüenza que estaba pasando Esther, subió a su habitación corriendo y cerró la puerta con el pestillo. Se tumbó en la cama y se quedó dormida.
A eso de las siete de la mañana, Esther se despertó y vio, que encima de su mesa había una nota. En ella ponía:"Esther, me he ido a dar un paseo. Si me vas a buscar, pregunta a Claudia. Vive en la calle 3ª. Ella vive a su vez con Estefanía, que es una niña más o menos de tu edad. Allí estaré hasta que tú me vayas a buscar." Esther se puso lo primero que encontró y llamó a Luisa.
-Luisa, llama a Roberto y dile que tenemos que ir a la calle 3ª.
-¿Para qué?
-Para cosas mías.
Fueron en coche hasta esa calle y recogió a Susi.
- Esther, he pensado una cosa.
-Dime.
-Ni tus padres, ni tu niñera ni nadie me ve ni me quiere,excepto tú, asi que he decidido que me voy, pero no te preocupes, me voy a casa de Claudia, asi que podrás venir a verme siempre que quieras.
-Bueno, si es lo que quieres, está bien.
Entonces, en un semáforo, Esther abrió la puerta trasera del coche y Susi se bajó.
Dos o tres días después, Esther decidió ir a ver a Susi. Cuando tocó el timbre, una niña, que como había dicho Susi, tendría la misma edad de Esther abrió la puerta.
-Hola, me llamo Esther, vengo a ver a Susi.
-Pasa, estamos tomando un té helado, porque con el calor que hace, no tomaremos un té caliente. A Esther le gustó como Estefanía trataba a Claudia y a Susi, y le gustó más aún como Susi estaba verdaderamente feliz.

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